Miembro
destacado del poderoso linaje de los Mendoza que tanto peso tuvieron
en la política castellana de la Baja Edad Media, Diego Hurtado, por
mediación de su padre, Pedro González de Mendoza, contrajo
matrimonio con María de Castilla, hija ilegítima del rey Enrique II
Trastámara. Diego participó en la derrota de Aljubarrota a manos
portuguesas, y tuvo que regresar a casa con el cadáver de su padre,
caído en dicha batalla.
Protegido
de su tío, el canciller Pedro López de Ayala, su cercanía a la
corte castellana, le sirvió a Diego para convertirse en Almirante
Mayor de Castilla durante el reinado de Enrique III “el Doliente”
y desempeñar la función de mayordomo mayor del rey. Como almirante
realizó incursioens en las costas portuguesas y defendió con éxito
el Estrecho de Gibraltar de la armada lusa.
Fallecida
su esposa, casó en segundas nupcias con Leonor de la Vega, y entre
su numerosa prole, destacaría su sucesor Íñigo López de Mendoza,
Marqués de Santillana.
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