Antes que Trajano, el
emperador Domiciano también intentó conquistar Dacia (más
tímidamente que el hispalense, eso sí). Y al igual que Trajano, se
topó con la obstinada resistencia del rey Decébalo. En el año 85,
Cornelio Fusco, Prefecto del Pretorio, se puso al frente de las
operaciones militares al norte del Danubio. Los dacios fueron capaces
de atraer las legiones hacia sus fortalezas en los Montes Orastie, en
una táctica de desgaste y guerrilla dirigida por el propio Decébalo,
el corazón valeroso de los Cárpatos. No tenemos noticias claras de
lo sucedido, pues los cronistas romanos suelen olvidar las derrotas
con suma facilidad, pero de Fusco nunca más se supo, la legión V
Altatida quedó muy mermada, incluso se rumoreaba que perdió la
enseña de águila. El rey Decébalo no estaba dispuesto a renunciar
a su reino sin luchar, y muchos legionarios tuvieron que yacer en
Dacia para que a comienzos del siglo II, Trajano colocase una nueva
provincia en el mapa del Imperio.
Pequeños cuentos centroeuropeos
Hace 1 hora
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