Mucho
antes que surgieran las órdenes militares, que como el Temple o el
Hospital, estaban compuestas por monjes-guerreros, ya existían
obispos que desenvainaban espadas y blandían hachas, se ponían al
frente de sus huestes y marchaban al campo de batalla como el mejor
de los guerreros. Uno de estos bravos obispos, Absalon,
encabrita su montura en la céntrica Højbro Plads (en Copenhaguen).
Absalón (c. 1128 -
1201) nació en el seno de la familia de un magnate escandinavo, y a
lo largo de su vida fue, arzobispo de Lund, obispo de Roskilde, amigo
de la infancia y consejero del rey Valdemar I de Dinamarca, figura
clave en la evangelización del Báltico en estrecha colaboración
con la Santa Sede, y eficiente guerrero que combatió (con la espada
en una mano y la Biblia en la otra) sin tregua a las tribus paganas,
como fue el caso de los Vendos (eslavos del norte) destruyendo su
templo fortaleza de Arkona.
El obispo Absalón construyó iglesias
y monasterios, y además, fue el fundador de la capital actual de
Dinamarca, Copenhaguen. Preocupado por la historia y la cultura, es
posible que Absalón fuese el personaje que encargó a Saxo Gramático
la redacción de la Gesta Danorum.
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