Lunáticos somos los que amamos la noche y aullamos a la Luna.
Parece mentira que no viva nadie ahí arriba. La vida es consustancial a la Tierra por eso nos resulta muy difícil imaginar un mundo en el que no exista ninguna forma de vida.
Hubo una vez un niño que herido de amor escondió su corazón en la Luna, para que nadie se lo volviese a romper. La diosa Selene se apiadó de él, y lo transformó en lobo. En la lejanía, las noches de Luna Llena, el lobo con alma de niño, sigue aullando a su corazón.
Crucé el país entero para besar a la Luna.
Ella durmió abrazada a mi cuerpo.
Días después la dejé escapar.
Nadie puede robar la luna dos veces. Si se la regalaste a una amante, no puedes prometerla a la siguiente.
Lunático,
la Luna Llena
despierta mi animal interior,
la fiera salvaje
toma el control sobre el humano,
dando rienda suelta
a los deseos
y al instinto
si consigo romper
las cadenas
que me atan a la realidad,
esta noche acudiré a tu encuentro
y aullaremos juntos.







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