Puerta de
Navarra, punto de partida para miles de peregrinos y entrada a los
Pirineos, Sain Jean pied de Port – Donibane Garazi – en la región
histórica de la Baja Navarra es (ha sido y será) un enclave
estratégico por su condición de paso de montaña, localidad
vinculada al control y defensa de la vía que atraviesa la
cordillera. Una preciosa ciudad con todos los aires de la típica
villa de frontera.
El rey de
Navarra fundó la ciudad en el siglo XII y desde el principio se
convirtió en una población clave en las tierras del Norte, pues
desempeñaba múltiples funciones: plaza fuerte, guarnición militar,
núcleo comercial e hito de paso en la peregrinación jacobea.
A caballo
entre dos estados, en la embaucadora Saint Jean es fácil encontrar
lo mejor de cada país; carnes, frutas, pescados, vinos, verduras y
sidras procedentes de ambas vertientes de los Pirineos. San Juan
(perdón Saint Jean) tiene un poco de vasca, otro poco de aquitana
(francesa) y otro poco de navarra, de esta rica confluencia surge,
precisamente, su originalidad. Lo mismo te sirven sidra vasca que
sidra bretona.
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