La tradición manda que los oficios pasan de padres a hijos. Los progenitores trabajan y enseñan las artes a sus vástagos, que comienzan de aprendices hasta que consiguen dominar el oficio. Los Waghemakeres, padre e hijo, Herman y Dominikus, fueron dos de los arquitectos más destacados del gótico flamenco de finales del siglo XV y comienzos del XVI. Trabajaron en Amberes, en Brujas y en Gante.
Alguna lo habeis sentido
Hace 1 hora
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