En
el interior de Rumanía se encuentra la patria de los Dacios, en el
Parque Natural Gradistea Muncelului – Cioclovina. Los legendarios
Montes Orastie, incrustados en el arco carpático, fueron el lugar
elegido por este aguerrido pueblo para construir inexpugnables (e
indestructibles) ciudades fortalezas y santuarios abiertos al cielo
azul, rodeados de oscuros bosques perennes. Se trata de uno de los
lugares más salvajes de Europa, donde el asfalto aún no ha llegado
y los tortuosos caminos, descuajaringados por violentas lluvias,
siguen siendo de tierra, arena y grava.
Los aldeanos, labriegos y campesinos que viven en el valle se dedican a
las tradicionales actividades del sector primario, como la
explotación maderera, la ganadería y la apicultura.
Las
efigies de los grandes reyes dacios, Decébalo y Burebista, dan la
bienvenida a los intrépidos visitantes que deciden adentrarse en
estos montes. Justo en el lugar donde termina la carretera, empieza
la auténtica aventura.
Un
lugar ideal para practicar el senderismo, sentir la auténtica
libertad en la piel, donde historia, naturaleza y tradición secular
se funden para ofrecer al caminante un espectáculo fascinante.
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