viernes, 6 de junio de 2025

KARLOVY VARY. CIUDAD BALNEARIO BOHEMIA.



 

La actividad turística comenzó en ciudades balnearios como Karlovy Vary, donde las clases altas acudían a descansar y a tomar las aguas. Más pronto que tarde otros ciudadanos con ciertos recursos se apuntaron a la moda. Desde la lejana Antigüedad se reconoce la acción curativa, paliativa y bienhechora en general, de ciertas aguas, de manera que los balnearios llevan siglos recibiendo visitantes. Como en otras formas de turismo, los gobernantes del Imperio Austrohúngaro, estuvieron a la vanguardia.



La época culminante de las ciudades balnearias coincidió con las últimas décadas del siglo XIX, más adelantes otros destinos veraniegos, especialmente las costas, se convertirán en poderosos competidores, llegando a eclipsarlas casi por completo. En aquellos años de la Belle époque todos los personajes importantes iban a tomar las aguas, se encontraban, entablaban relación, y se elaboró en parte, la política europea; Napoleón III y Cavour se encuentran en Plombiéres, y Eduardo VII y Clemenceau eran habituales en Karlovy Vary.



Para desarrollar una ciudad balnearia no es suficiente con un manantial de agua salina o sulfurosa, también es necesaria toda una infraestructura preparada para recibir a los bañistas. Para una clientela, generalmente adinerada, se construyen suntuosos hoteles, lujosos apartamentos, cafeterías glamourosas, calles limpias y adornadas con buen gusto, y amplios jardines donde pasear y relajarse. Las firmas comerciales más conocidas abren sucursales en estas ciudades y tampoco puede faltar el casino, que además de juegos ofrece atracciones y espectáculos. Por otro lado los alrededores de la ciudad deben ofrecer paseos idílicos y naturaleza pintoresca.


Mantener en funcionamiento una ciudad balneario como esta precisa de un auténtico ejército de trabajadores para que nada falte a los visitantes que llegan hasta aquí para descansar, divertirse y dejar al marcharse una pequeña parte de su fortuna.


En la actualidad Karlovy Vary es una de las ciudades más visitadas de Bohemia. Organizan excursiones de un día desde Praga. Algo que considero un auténtico despropósito.



La ciudad balneario está situada en la confluencia de los ríos Ohre y Teplá, y recibe su nombre del emperador Carlos IV, que la fundó en 1350. Destacado centro turístico en el siglo XIX, hasta aquí llegaban personajes más o menos ilustres, buscando los célebres tratamientos con aguas termales.



En alemán la ciudad recibe el nombre de Karlsbad. Tanto en checo como en alemán su significado es parecido, los baños de Carlos. El rey Carlos IV, conocedor de sus aguas termales, concedió privilegios a la ciudad. Aunque hubo que esperar hasta el siglo XIX para verla convertida en un destino balneario de primer nivel. Las publicaciones de algunos doctores elogiando la calidad de sus aguas y la construcción de la línea férrea entre Cheb y Praga, situaron a Karlovy Vary en el mapa turístico de Europa. La Gran Guerra y la desintegración del Imperio Austrohúngaro acabó con la era dorada de Karlsbad.



Lo de tomar las aguas , en el caso de Karlovy Vary, es literal, pues la costumbre es beber de sus fuentes termales y sulfurosas mientras se pasea tranquilamente y se conversa con otros visitantes.


La ciudad de asienta sobre una gigantesca balsa acuífera y del subsuelo brotan varias decenas de manantiales que alimentan las fuentes con litros de agua de elevada concentración mineral. Los visitantes pasean con sus jarritas en las manos y van probando, a discreción las aguas de todas las fuentes.



Entre los visitantes más célebres de tos balnearios se encontraba el poeta alemán Goethe, un auténtico enamorado de toda la región de Bohemia. No faltan referencias a su presencia en muchos pueblos y ciudades de la zona. Otro ilustre asiduo fue Pedro I, el zar de Rusia. Estas visitas del zar forjaron vínculos entre Rusia y Karlovy Vary. En la actualidad es habitual encontrar carteles e información en cirílico. Estos vínculos crecieron durante la época soviética, ya que muchos funcionarios de la URSS eran habituales en los sanatorios y baños termales de la ciudad.




Las fuentes son la razón de ser de la ciudad, cuyas aguas sulfurosas manan a elevada temperatura. Las decoran, las numeran, miden su temperatura, las rodean de delicadas columnatas de inspiración clásica o las protegen con elegantes galerías. Construyen enormes edificios para protegerlas, y a la vez engrandecerlas. Las miman, las cuidan y las saborean. Disfrutan de las diferentes variaciones de temperatura y sabor. Aquí se rinde un culto ancestral y atávico al agua.


Todo el bello conjunto arquitectónico enmarcado en un bucólico escenario natural de ríos, montaña y bosques. Sin coches, ni bullicios, imagino que no hace mucho, antes del boom mundial del turismo, era posible venir aquí a no hacer nada y dejar abandonada la propia conciencia.



El lujo, la arquitectura y las aguas termales son las señas de identidad de Karlovy Vary, la ciudad que mana de las fuentes termales. En esencia Karlovy Vary es una enorme y lujosa fuente, diseñada para el sosiego y el disfrute de cuántos acuden a beber de ellas. Atrás quedaron los tiempos en que eran utilizadas únicamente con fines medicinales.


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