lunes, 27 de septiembre de 2021

¿QUÉ ES EL ARTE?.

 


La concepción que los seres humanos tenemos del arte ha ido cambiando según el momento histórico y la sociedad en la que se desarrolla. En ese sentido, para poder comprender la importancia del fenómeno artístico en la Historia de la Humanidad, es necesario, en primer lugar, el conocimiento de cuales son las razones y la misma esencia de la creación artística; ¿porqué existe arte en todas las culturas y cuales son los componentes esenciales de la obra de arte?. Por otro lado, para completar dicho análisis, es imprescindible comprender el significado y la función de la obra de arte, partiendo de un principio muy simple; una obra para que sea artística ha de producir una reacción estética en el espectador (reacciones, que en muchos casos, no dejan de ser subjetivas).


1. CONCEPTO DE ARTE.

El arte es un concepto totalmente abstracto, resultado de la interpretación que el ser humano hace del mundo que le rodea. Sin embargo, y esto es lo interesante, es atemporal, ya que el observador de la obra de arte la puede interpretar siempre según su propio sistema de valores. Eso que llamamos arte ha evolucionado hasta adquirir exclusivamente un sentido estético, podemos aplicar el término arte a las manifestaciones del hombre plasmadas en cualquier soporte; pared, barro, lienzo, papel, piedra . . . No existe un concepto de arte universal, cada época y cada cultura tiene el suyo e interpreta las manifestaciones artísticas desde su propia óptica. (Nunca entederemos el Partenón de la misma manera que lo entendía un ciudadano ateniense de la época clásica).


“No existe, realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas”. Ernst Gombrich.


El arte es un lenguaje que actúa como medio de comunicación social cuya finalidad es transmitir un significado que influya en el espectador de su época por medio de la aportación de ideas, el reflejo de la realidad, la creación de fantasías, así como la provocación de emociones y sentimientos.

Historia del Arte.

María del Rosario Farga Mullor.




2. LA OBRA DE ARTE.

El arte nos ofrece un claro testimonio de la tendencia natural del ser humano hacia lo bello, relacionándose estrechamente con la cultura en que se inserta. En la obra de arte siempre se produce una tensión entre el realismo y la abstracción. Pero en la medida que el arte interpreta la realidad, sirve como ejemplo de su época, y como vehículo de denuncia y de transformación.


Una obra de arte es el resultado de múltiples factores que reflejan la visión del mundo de su respectivo autor y constituye un tesoro incalculable para entender la cultura donde fue creada. La tarea primordial del historiador del arte es el estudio de las obras de arte en sus diferentes ramas, a fin de efectuar su valoración artística e histórica, además de difundir el valor de aquéllas y procurar su conservación adecuada.

Historia del Arte.

María del Rosario Farga Mullor.



La condición humana nos liga a la producción y al uso de objetos, que son, a la vez, fruto de un pensamiento y de un proceso, más o menos complejo, de elaboración. Cualquier objeto está asociado a unas necesidades existenciales, ya sean materiales, o espirituales. Todo aquello que ha acompañado a los seres humanos desde sus orígenes se ha convertido en un testimonio expresivo de un modo de concebir, individual y socialmente, su vida. Cuando se reflexiona sobre cualquiera de esos objetos, en virtud de su belleza, bien a través de la persona que los proyecta o de la sociedad a la que van destinados, o en su defecto a través de su apreciación por culturas ajenas que los contemplan, podemos hablar de obra de arte.


Arte es expresión. El artista trata de expresar un sentimiento o pensamiento, para comunicarlo a otras personas. Aunque el arte procede de la actividad racional humana, también participa del espíritu individual y de la subjetividad del artista, que cuando imita un elemento de la vida real, lo muestra desde un punto de vista propio.


Para José Jiménez, filósofo y experto en teoría del arte “el arte es un descubrimiento cultural”.


La obra de arte es la auténtica protagonista de la Historia del Arte. No se trata de algo natural sino artificial, pues la realiza el hombre, aunque no todo lo que éste hace se considera artístico. No existe un criterio que, como la técnica o la forma, ayude a establecer qué es o no una obra de arte, pues objetos muy diversos pueden serlo. Sin embargo, sí hay algo que comparten todas las obras artísticas: su doble valor estético e histórico. En relación a lo primero, una obra provoca en el espectador una experiencia que, a través de los sentidos, nos traslada a una realidad diferente a la nuestra. Todo comienza cuando el artista se sirve de la materia para crear formas que, desde ese mismo instante, ya no le pertenecen, pues empiezan a reinar en un mundo que les es propio y al que también tiene acceso el espectador. Éste es el destinatario de la obra, que debe estar dispuesto a entrar en contacto con ella activando todas sus sensaciones, teniendo en cuenta que cada arte requiere la puesta en juego de uno o de varios sentidos. Sin embargo, es el valor histórico lo que realmente distingue a una obra de arte de otra que no lo es, ya que el goce de los sentidos puede provenir de experiencias muy diferentes que no se limitan a lo artístico. El valor histórico de una obra consiste en su capacidad de hacer del pasado algo vivo, pues lo vincula con el presente y con el futuro. Esto es posible porque toda obra forma parte de un proyecto que cuenta con una finalidad y, por eso, siempre atrae nuestra atención para comprenderla.

Manual básico de Historia de Arte.

María Pilar de la Peña Gómez.


 La apreciación de la obra de arte.

El gusto, o la aptitud para percibir la belleza y juzgarla, supone un don innato, pero se desarrolla por la educación y la enseñanza, principalmente por el estudio y explicación racional de obra de arte; en igualdad de condiciones, cuanto más la inteligencia está informada de las reglas, de los procedimientos, de las dificultades del arte, y sobre todo del fin que el artista persigue, y de sus intenciones, tanto mejor preparada está para recibir en ella, por medio de la intuición de los sentidos, el resplandor inteligible que emana de la obra y para percibir así espontáneamente su belleza, y gustarla. Es así como los enemigos del artista, que saben lo que éste ha querido - como los Ángeles conocen las Ideas del Creador - gozan de sus obras infinitamente más que el público; es así también como la belleza de ciertas obras es una belleza escondida, accesible sólo a unos pocos. 

Maritian, J: Arte y Escolástica.

 

3. FUNCIÓN DEL ARTE.

Podemos concebir el arte como algo necesario, como demuestra el hecho de que en todas las culturas existen manifestaciones artísticas. El arte es, además, una necesidad social, ya que el hombre (incomprensible fuera de la sociedad) necesita compartir y comunicar, y además captar, comprender y dominar la realidad para poder transformarla. Las funciones del arte son muy diversas y se suelen presentar interrelacionadas entre sí.


Cualquier obra de arte se inserta en una determinada cultura, por tanto es indudable la función que desempeña como medio para adentrarnos en el conocimiento de dicha cultura. Las creencias, las formas de vida, las ideologías, los acontecimientos históricos tienen su reflejo en la obra de arte.


♠ A lo largo de la historias muchos artistas han trabajado para reyes, mecenas, papas, obispos y otros miembros de las clases dominantes. Las obras realizadas por esos artistas se convirtieron en un medio de propaganda para el Faraón, la Monarquía, el Islam o la Iglesia Católica.


♠ El arte siempre ha tenido una función didáctica, para enseñar a las clases iletradas de las sociedades estalales, o a todo el conjunto de la población en las sociedades ágrafas.


Una de las funciones más obvias y genuinas de la obra de arte es la utilitaria. La arquitectura es la manifestación más clara y lógica de esta función. Por encima de modas y estilos, un edificio debe ser útil.


♠ Muchos de los objetos que hoy consideramos obras de arte, fueron diseñados para cumplir una función mágica o religiosa. Aunque a veces, como sucede con las pinturas rupestres de la prehistoria, nunca lleguemos a conocer su significado. 

 

La obra de arte y el artista

La obra de arte verdadera nace del artista mediante una creación misteriosa, enigmática y mística. Luego se aparte de él, adquiere una vida autónoma, se convierte en una personalidad, es un sujeto independiente, animado de un soplo espiritual; es el sujeto viviente de una existencia real, un ser. 

Kandinsky, W. : De lo espiritual

en el arte   


4. LA HISTORIA DEL ARTE.

El estudio de la Historia del Arte nos llevará a conocer la evolución de la actividad humana relacionada con el arte, que se ha producido a lo largo del tiempo y en todas las culturas.

Dentro del terreno humanístico, la Historia del Arte tiene un objetivo preciso: interpretar las obras artísticas, es decir, averiguar su significado. Lo verdaderamente importante es tener en cuenta que una obra nunca es algo aislado, sino que constituye un eslabón de una cadena formada por otras muchas, entre las cuales se establecen conexiones aunque pertenezcan a épocas y a lugares diferentes. Por tanto, la labor del historiador del arte es demostrar que una obra determinada es necesaria en esa cadena, para lo cual tiene que establecer cuáles la preceden y cuáles la siguen para marcar sus orígenes y sus consecuencias. En definitiva, lo que se hace hoy tiene en cuenta lo que se hizo ayer, ya sea para respetarlo o para rechazarlo, y además está preparando lo que vendrá más adelante, pues nada se crea desde cero sino que todo surge a partir de algo. Por ejemplo, de una obra, como puede ser el David de Bernini, se puede realizar un análisis científico si precisamos su técnica (escultura), su material (mármol), su género (religioso), así como su tema, sus dimensiones y su destino. Pero si pretendemos un estudio histórico-artístico, tendremos que decir que se trata de una obra barroca italiana del siglo XVII, para lo cual la relacionaremos con otras estatuas, pinturas y edificios del momento, para después hacer lo mismo con otras anteriores (Renacimiento) y posteriores (Neoclasicismo). De este modo, se podrá emitir un juicio crítico, que consiste en definir la calidad artística de la obra, lo que equivale a decir si es necesaria o no dentro de la serie a la que pertenece.

Manual básico de Historia de Arte.

María Pilar de la Peña Gómez.


Las obras de arte adquieren valores añadidos a lo largo del tiempo, que se superponen (incluso superan) al sentido primitivo y original, hasta llegar, eventualmente, a ocultarlo. La misión del historiador del arte es recuperar las diferentes perspectivas que deben adoptarse para entender esas piezas a lo largo de su existencia. Esas obras de arte que han llegado hasta nuestros días forman el Patrimonio Artístico. Este Patrimonio Artístico actúa directamente sobre nuestro conocimiento histórico, y al mismo tiempo, sobre nuestra sensibilidad presente. Al historiador del arte le corresponde estudiar y difundir los objetos artísticos con rigor científico, con objeto de preservar su integridad estética y legarlo a las generaciones futuras. 

 


En el escenario de la vida divagan ante nosotros figuras, gestos, voces, y la mente escrutadora retiene su fantasma con repercusiones en el corazón, quedando indelebles; son gozosos o tristes, son punzantes, y a costa suya fórjase nuestro carácter, nuestro concepto de vida subjetivo. Pues bien, las obras de arte que pasan ante ti dejando huella, removiendo tu equilibrio, expectante con emociones análogas, ésas son buenas. 

González-Moreno, M:

Alonso Cano, escultor.   


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