Félix IV,
papa entre 526 y 530, fue impuesto por el todopoderoso rey ostrogodo
Teodorico el Grande. Durante su breve pontificado consagró a San
Cosme y a San Damián el antiguo templo pagano situado en el foro y
dedicado a Rómulo y Remo.
MARINA NUÑEZ. NADA ES TAN PROFUNDO COMO LA PIEL
Hace 4 horas
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