El río Nilo es el principal
elemento del espacio geográfico de Egipto. Se prolonga 6.500
kilómetros, con cinco o seis cataratas a lo largo de todo su
recorrido. Al igual que el Tigris y el Éufrates en Mesopotamia, se
trata de una destacada vía de comunicación (en la Antigüedad y en
la actualidad). La vida del hombre en esta zona está ligada a las
crecidas del Nilo. De forma aproximada la crecida comienza en el mes
de Junio, en Julio las aguas llegan al Delta, se mantienen allí
hasta Octubre, para retirarse en Noviembre. Esas zonas húmedas son
fértiles para la agricultura, de ahí que en esta zona florezca una
nueva cultura. Los sacerdotes eran los conocedores de los momentos de
las crecidas, confeccionaban calendarios para ello y por eso eran
admirados y respetados por el pueblo. El estado pretende controlar lo
más posible las crecidas así como intenta ganar tierras de cultivo
al desierto. Otro factor muy influyente es el Sol, muy presente en
la vida del Egipcio, divinidades solares como Atón, Ammón, Ra…..
Esta aridez es una traba para el desarrollo de la cultura, pero
gracias a ella, ha sido posible que las obras artísticas hayan
llegado hasta nosotros en tan buen estado. También el viento es otro
elemento clave, erosiona las pirámides, ahora las vemos distintas a
como fueron.
Garzas, ibis y cigüeñas
vuelan sobre los fértiles huertos irrigados por el Nilo. Nunca una
civilización se ha vinculado tan estrechamente con un determinado
río como el Antiguo Egipto. Para el incansable viajero Heródoto,
Egipto era un don del Nilo. Egipto es el Nilo, y el Nilo es Egipto.
El inmenso Sahara (que en árabe significa precisamente desierto) es
otro poderoso condicionante geográfico de este país. Una tierra
insolada, árida y estéril, que se torna fecunda y llena de vida,
gracias a la crecida anual del Nilo. A partir de este acontecimiento
anual el egipcio organiza su vida y configura su calendario.
Conforme
nos vamos alejando de la orilla del río, el fabuloso vergel, se
torna pedregoso erial. Y sobre el río y el desierto gobierna el
soberano absoluto: el Sol. Tan destacado fue su culto entre los
antiguos egipcios que no se conformaron con un unido dios solar: Ra,
Atón, Amón . . . Pensar en Egipto es hacerlo en magia, esoterismo
y misterio. Y para eso hemos venido hasta aquí . . .
Soy un apasionado de las historias de nuestros antepasados pero la que más me apasionan es la historia Egipcia..que gran cultura..me encantaría alguna ves conocer Egipto..
ResponderEliminarEspero que algún día se pueda cumplir tu sueño. Egipto es un país maravilloso. Muchas de las fotos de mis artículos las tomé yo mismo en el país del Nilo.
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