La mayoría de las aves disfrutan
de la capacidad de volar, y por tanto, pueden realizar grandes
desplazamientos cubriendo enormes distancias, de manera que es
frecuente, en la época actual, encontrar aves en enclaves diferentes
a los originales. En ocasiones el ser humano también interviene en
estos fenómenos invasivos.
A orillas del río Mosela, un
destacado afluente del Rin, se produce el encuentro de dos aves
procedentes de lejanas latitudes, el Ganso del Nilo y la Barnacla
Canadiense.
La Barnacla Canadiense es
originaria de América del Norte y ha sido introducida en algunas
regiones de Europa, especialmente en Gran Bretaña. Estas poblaciones
europeas, al contrario que sus parientes americanas, son sedentarias.
Por su parte, el invasor
tropical, el Ganso del Nilo, procede de África, y ya criaba en
algunas zonas del sureste de Europa en el siglo XVIII. En las últimas
décadas también han colonizado zonas húmedas de toda Europa,
convirtiéndose en una grave amenaza para las especias autóctonas.
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