Los chinos descubrieron la
pólvora, y aunque la utilizaron generalmente con fines lúdicos y
festivos, también se aplicó a la maquinaria de guerra. Los primeros
cohetes empleados por el ejército chino eran conocidos como “ratas
de tierra”. Eran pequeños artefactos con puntas explosivas. El
siguiente paso fue atar una de estas “ratas de tierra” a un
flecha e introducirla en un tubo. Se había inventado el
lanzacohetes.
Posteriormente unieron varios
de estos tubos y los colocaron en carretillas móviles. En Corea se
utilizaron carros, llamados Hwacha, que eran capaces de disparar cien
cohetes al mismo tiempo. Estos poderosos ingenios, creados en 1452,
resultaron un arma muy útil para las batallas en campo abierto
frente a ejércitos perfectamente formados.
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