sábado, 28 de octubre de 2017

GUIMARAES.



La condesa Mumadona Dias, una vez viuda, construyó un monasterio y un castillo, fundando, de esta manera, la ciudad de Guimaraes.


El castillo de Guimaraes que fue construido para proteger el monasterio que se encontraba a los pies de la colina.



Plaza de Santiago, lugar para reponer fuerzas y calentar el alma con un vaso de vino. Cuenta la leyenda, que el propio Apóstol Santiago depositó una imagen de la Virgen en un santuario pagano que se ubicaba en este lugar.


La ciudad siempre aparece asociada a la figura de Alfonso Enriquez y por tanto a la fundación misma del Reino de Portugal.


En definitiva, Guimaraes es la cuna de la nación portuguesa. Todos los nacionalismos europeos que vieron la luz en el siglo XIX, hundieron sus raíces en la Edad Media.


Los edificios religiosos han terminado convirtiéndose en símbolos distintivos de las ciudades que los cobijan.


Guimaraes es un paseo silente, no hay ruidos en sus calles, únicamente paz y tranquilidad, ideal para perderse del mundo, escapar del día a día, de lo cotidiano, vivir unas vacaciones auténticas, dejando en casa horarios y responsabilidades (muchas de ellas autoimpuestas), y abandonamos a ese personaje que hemos creado, y volvemos a ser - al menos durante unos días - nosotros mismos, redescubrimos nuestra auténtica esencia. . . y entonces, vivimos la vida con plenitud.




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