“El ganado muere, los
parientes mueren, al final tú morirás, pero la gloria nunca muere
para el hombre que la alcanza. El tonto piensa que vivirá para
siempre si se mantiene alejado de la lucha; pero la vejez no le dará
tregua, aunque se la hayan dado las lanzas”.
Havámál o los dichos
del altísimo, son una colección de versos y aforismos, cuyo
autor es desconocido, y que la noble tradición vikinga atribuye al
mismísimo Odín. La única copia que se ha conservado es un antiguo
manuscrito islandés del siglo XII y en él se recoge la esencia de
lo que podríamos llamar burdamente “filosofía vikinga”, una
sabiduría pragmática por encima de una inútil metafísica:
cultivar y cuidad la amistad por encima de todo, no presuponer nunca
la hospitalidad, compensar un regalo con otro regalo, el hidromiel (y
otras bebidas alcohólicas) asola el ingenio del hombre, utilizar la
precaución en los negocios bajo la máxima de que es mejor escuchar
que hablar, no crearse enemigos innecesarios ni acudir alocadamente
al combate, pero mantén siempre el arma a mano.
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