Sopla el viento húmedo del norte, Eolo – o en estas latitudes Thor – gime lastimosamente en este pueblo costero llamado Ystad. Situado Escania, antes de ser sueco, fue danés (al igual que toda la región).
Ystad es una apacible villa
marítima de origen medieval, con pintorescas casas con entramado de
madera. Un aire novelesco embriaga a sus visitantes.
La población posee varios edificios religiosos medievales como Sankta Maria kyrka, Klostret i Ystad (monasterio franciscano) y St. Petri kyrkan, una iglesia desacralizada del siglo XIII. También existe un reloj que acompaña las campanadas con una suave y alegre melodía.
La ausencia de piedra se suple
con la profusa utilización del ladrillo como principal elemento
constructivo. La Sankta Mary Kirka forma parte del itinerario europeo
del ladrillo románico.
La primera mención documentada
de Ystad está fechada en 1244. A mediados del siglo XIII se asentó
en Ystad una pequeña comunidad franciscana que participó
activamente en el desarrollo y prosperidad de la población. Según
cotejamos con la existencia de un monasterio.
En el siglo XIV Ystad se
incorpora a la lucrativa Hansa teutónica.
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