Zeus se une a Metis,
quien había adoptado diversas formas para zafarse, y al dejarla
encinta se apresura a devorarla, pues Gea había predicho que
después, de la hija que llevaba en su vientre, nacería un hijo
destinado a ser dueño del cielo: por miedo a esto se la tragó.
Cuando llegó el momento del parto, Prometeo, o según otros Hefesto,
con un hacha le abrió la cabeza a Zeus y de ella saltó Atenea ya
armada junto al río Tritón.
Apolodoro. Biblioteca (I,
3, 6).
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