Rica tierra de vinos, bañada por las aguas del Duero, que regalan un sabor especial a sus vides. Durante la Edad Media, Toro, gracias a su excelente producción vinícola, se convirtió en una de las ciudades más prósperas del Reino de León.
Tal era la fama y abundancia de los vinos de Toro, que al monarca Alfonso IX de León se le atribuye la siguiente frase: "tengo un toro que me da vino y un león que me lo bebe".
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