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martes, 9 de agosto de 2016

TAKSONY, PRÍNCIPE HÚNGARO.



Caudillo militar y Gran Príncipe de Hungría. Su padre fue Zoltán, hijo a su vez de Arpad, y su madre una hija de Menumoruth, un gobernante local derrotado por su abuelo Arpad. De esta forma, en la persona de Taksony, quedan entrelazados los invasores con las poblaciones autóctonas sometidas.


Avezado guerrero dirigió con éxito una campaña contra Berengario II rey de Italia y también participó en la batalla de Lechfeld. En esta batalla se produce la estrepitosa derrota magiar frente a tropas germanas y la muerte de su líder Falicsi, primo de Taksony. A partir de este momento Taksony se erige en Gran Príncipe. Durante su reinado se fueron asentando en sus territorios varios grupos de pechenegos.

Taksony se casó con una dama cumana, búlgara o pechenega (aquí no hay concenso). Todos los reyes húngaros de la dinastía arpad descienden de este matrimonio a través de Geza y Mihail. Su nieto Esteban fue coronado en el año mil como primer rey de Hungría. Taksony fue el último príncipe magiar pagano, por cuanto que su hijo y sucesor, Geza, además de intensificar la sedentarización de los magiares, inició los acercamientos a la religión cristiana.


miércoles, 23 de diciembre de 2015

MENUMORUT.



Aquello que el historiador olvida, es cantado por el poeta. Los versos completan, lo que los documentos ignoran. Allá por el siglo IX hordas de magiares se desparraman por el centro de Europa, inundando todo a su paso. Arpad, omnipresente en la cultura húngara actual, sometió a golpe de espada a todos los príncipes y reyezuelos (más o menos poderosos) que encontró por el camino, y al llegar a Transilvania, se topó con el arrogante Menumorut. Este orgulloso voivoda de Crisana (uno de los protestados rumanos), conocedor de la superioridad militar húngara, no dudó, para evitar males mayores, agachar la cabeza y rendir el cuerpo, mientras mascullaba entre dientes, que nunca serían siervos, que jamás renunciarían a su tierra y que su alma permanecería libre siempre.

La Gesta Hungarorum, de autor anónimo, recoge el encuentro entre ambos líderes: "Decidle a Árpád, duque de Hungría, vuestro señor, que le tenemos por amigo en todos los asuntos que sea necesario porque un invitado es un ser humano y le es debido. Pero la tierra que pretende de nuestra gracia jamás se la rendiremos mientras vivamos”.

Relata la Gesta que Menumorut no tuvo más remedio que claudicar ante las armas magiares, y también que el hijo de Arpad, Zoltán, terminaría casándose con la hija de este voivoda que camina con sigilo por el delgada línea que separa la historia del mito. 



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