Cada cierto tiempo la
ciencia paleoantropológica desentierra una nueva pista que ayuda a
desentrañar un poco más el gran misterio; el origen y la evolución
del Ser Humano. El último de estos hallazgos ha sido el Homo naledi,
un nuevo antepasado para hombre.
La nueva especie fue
descubierta en la cueva Rising Star, cerca de Johannesburgo
(Sudáfrica) en 2013 y publicada en septiembre de 2015. Los restos de
al menos quince individuos han permitido describir con bastante
detalle los rasgos de este individuo.
Homo naledi presenta
rasgos semejantes a Australopithecus, y podría tratarse del ejemplo
más antiguo del género humano. Tiene un cráneo pequeño, con un
cerebro del tamaño de una naranja, que recuerda a los primeros
representantes del género homo, el hábilis y el erectus.
La morfología de Homo
naledi lo situa justo en el límite de las dos estirpes,
Australopithecus y Homo. El tronco en forma de embudo recuerda a los
grandes simios actuales, pero las extremidades son prácticamente
iguales a las de los humanos actuales. Teniendo en cuenta la anatomía
de las manos, podrían utilizar perfectamente herramientas, aunque
sus dedos y falanges curvos, significan que estarían adaptados a un
hábitat arbóreo.
Con 150 centímetros de
altura y una masa de 50 kilogramos, algunas de sus características,
como hemos visto, son muy semejantes al hombre moderno Aunque su
escasa capacidad craneana y la parte superior del tronco están más
próximas a los prehumanos.
Uno de los enigmas que
presenta esta especie es el de su antigüedad, pues los
investigadores no han logrado establecer una cronología. En ese
sentido, las voces críticas mantienen que sin fechas para los
fósiles no es posible situar al Homo nadeli en ninguna rama del
árbol humano.
Por supuesto, Juan Luis
Arsuaga también ha dado su opinión con sobre este descubrimiento, El umbral de la conciencia.
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