Mamaia es a Rumanía, lo
que Ibiza a España, aunque su fisonomía es más similar a la Manga
del mar Menor. A orillas del mar Negro, situada varios kilómetros al
norte de la histórica Constanza, Mamaia es un moderno complejo
turístico de primer nivel, con playa, hoteles, casinos, varios
campings, discotecas y parques acuáticos, y toda las estructuras
necesarias para el ocio y la diversión, sin ningún género de
dudas, un lugar muy apetecible para veranear. Una antigua leyenda
cuenta el origen de su nombre.
Hace mucho tiempo, en
época de la dominación otomana, un oficial del ejército turco que
visitaba con frecuencia Constanza, solía parar habitualmente en una
pequeña taberna a orillas del mar. En uno de esos viajes, el hijo
del oficial quedó prendado de la hermosura y sencillez de la hija
del tabernero, enamorándose locamente de ella. La religión, siempre
la religión, con ella cristiana y él musulmán, prohibía el amor e
imposibilitaba esa unión. El joven turco, audaz y decidido, raptó a
la bella tabernera y se hizo a la mar en un pequeño bajel. La
cristiana cautiva pedía auxilio, llamaba a su madre y clamaba a voz
en grito: “¡Mamaia, mamaia!”. Entre gritos, lágrimas y
sollozos, la desafortunada cayó al agua y murió ahogada. El
enamorado turco, con el alma rota en mil pedazos y el cuerpo de su
amada en brazos, decide quitarse la vida, poniendo punto y final a la
trágica e incompleta historia de amor. Desde aquel fatídico día el
pequeño pueblo marinero donde estaba la taberna empezó a ser
conocido como Mamaia.
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