Los antiguos
estudios deterministas explicaban la evolución de las sociedades
humanas a partir del medio físico en que se desarrollaban. En ese
sentido, el clima jugaba un papel fundamental y decisivo. Desterradas
desde hace algún tiempo las hipótesis deterministas, no podemos
olvidar que el medio físico, si no determinante, es un factor a
tener en cuenta en el estudio de las sociedades históricas. Como
muestra un botón, la dependencia histórica de la agricultura con
respecto al suelo y el clima.
En primer
lugar es necesario dejar clara la diferencia entre tiempo y clima.
Definimos tiempo atmosférico como el estado de la atmósfera en un
momento y en un lugar concreto. Mientras que el clima es la sucesión
de esos estados de la atmósfera en una región determinada durante
un período (estos periodos suelen durar unos 30 años).
Para
describir, analizar y caracterizar un clima determinado, vamos a
tener en cuenta cuatro elementos medibles: temperatura,
precipitaciones, presión atmosférica y vientos. Teniendo en cuenta
la interrelación de estos cuatro elementos podemos definir un clima
concreto.
El
climograma es la representación gráfica de un clima, donde se
recogen las temperaturas medias (línea roja) y las precipitaciones
totales (barras azules) que se han producido a lo largo de un año en
un lugar concreto. Los datos se agrupan por meses y la evolución de
estos dos elementos indica el clima del lugar.
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