Situada en Transilvania, Hunedoara – en húngaro Vajdahunyad (el castillo de Hunyad) – un importantisimo centro metalúrgico era la capital medieval de uno de los clanes más poderosos de la región, los Corvino, liderados por el comandante Janos Hunyadi (Iancu de Hunedoara en rumano).
Históricamente
integrada en Hungría, esta ciudad que ha cambiado varias veces de
nombre – Hungnod, Huniad, Hwnyadwar, Vayda Hunyadi – convertida
en destacado núcleo industrial del hierro y el acero a partir de la
Revolución Industrial, pertenece desde los años inmediatamente
posteriores a la Gran Guerra, al estado de Rumanía (un hecho que
sigue provocando fricciones entre los dos vecinos).
La historia de la ciudad
está estrechamente vinculada a la familia Corvino, un linaje de peso
en la política europea bajomedieval, desde que en el año 1409 el
rey húngaro Segismundo de Luxemburgo cedió el castillo y el
territorio a Voicu (Vajk) Corvino, en agradecimiento por sus
servicios militares prestados. Su hijo, Janos Hunyadi (que llegó a
ser regente de Hungría) estableció aquí su residencia,
convirtiéndola en el centro de sus posesiones. Otro de los miembros
del clan que dejó aquí su impronta fue el rey húngaro Matías Corvino .
En el colorido blasón
de la ciudad están representados tres de sus símbolos; el castillo,
el cuervo ( emblema de los Corvino ) y la siderurgia.
En la colina del
castillo se han descubierto artefactos líticos, lo que revela su
temprana ocupación humana. Durante la Edad del Hierro, los dacios
extraían metal de esta zona. En relación con esta actividad han
encontrado restos de hornos de hierro en la colina cercana al
castillo. La riqueza férrea de la zona atrajo también a los
ambiciosos romanos, que se instalaron aquí tras las guerras dácicas.
Para controlar y proteger la explotación minera, la legión XIII
Gemina, cuyo cuartel general se encontraba en Apulum (Alba Iulia)
construyeron aquí un pequeño puesto avanzado.
Los siglos que siguieron
a la retirada de Roma de la región, estuvieron marcados por un
intenso trasiego de pueblos de diferente procedencia: godos, hunos,
eslavos, magiares, pechenegos y cumanos. Hacia el año mil las
principales fuerzas políticas y demográficas eran valacos, que
lograron formar pequeños feudos, que acabaron sometidos por los
magiares. Transilvania pasó a formar parte del recién nacido Reino
de Hungría y Hunedoara se convirtió en zona de amortiguamiento para
la corona húngara, frente a los pechenegos y cumanos que se habían
establecido al sur de los montes Cárpatos. Más tarde llegaron a la
región colonos sajones asentados por voluntad de Hungría y
emigrantes zíngaros que procedentes de la India habían atravesado
medio mundo para encontrar un nuevo hogar.
La primera evidencia
documental es de 1265, y menciona a Hungnod como un importante centro
para el curtido de pieles y el procesamiento de la lana. Los campos y
bosques circundantes proveían a la ciudad de materia prima, que
llegaban por medio de aldeanos, tramperos y arrieros a los talleres y
mercados del burgo. Otra actividad económica que se desarrollaba en
Hungnod era la extracción de hierro y la metalurgia, especializada
en la fabricación de armas y de herramientas y aperos.
Desde el siglo XIV la
ciudad es conocida como residencia de la familia Hunyadi. Janos
Hunyadi reforzó el castillo (a la vez que su posición de fuerza),
al mismo tiempo que Hunedoara se convertía en un importante mercado
para el hierro. El rey Matías le concedió el estatus de ciudad
libre de impuestos. Años después del año 1514 la ciudad sufrió
las consecuencias de la revuelta campesina dirigida por Gyorgy Dozsa,
que terminó aplastada y con su líder torturado y ejecutado. En el
siglo XVI se estima la existencia de más de cien casas y una
población cercana a los ochocientos habitantes, unas cifras
considerables para la época.
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