En cuanto a Génova,
apenas puede incluirse en el grupo que estamos considerando, ya que
su participación en al Renacimiento fue mínima hasta la época de
Andrea Doria, hasta el punto en que en toda Italia era proverbial el
desprecio por todo refinamiento cultural entre los naturales de la
Riviera. Respecto a las contiendas entre partidos locales, muestran
en esta ciudad carácter tan violento y sus resultados afectaron con
tal ferocidad toda su existencia que apenas puede entenderse cómo se
las arreglaron los genoveses para recuperar una y otra vez, tras cada
revolución y ocupación, condiciones de vida soportables. Quizá se
deba al hecho de que todos cuantos tomaban parte en la administración
del estado eran al mismo tiempo comerciantes, casi sin excepción. El
ejemplo de Génova nos muestra de manera sorprendente el extremo de
inseguridad que pueden tolerar el vasto comercio y la riqueza de una
gran ciudad y hasta qué punto son compatibles la inestabilidad
interna con la posesión de colonias alejadas.
La Cultura del
Renacimiento en Italia.
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