Arqueólogo, erudito y librepensador, militar, viajero y aventurero, hombre de acción, su vida fue una epopeya durante los últimos estertores del Romanticismo, sus gestas aún resuenan en el silencio del desierto. Viajero empedernido y voraz lector, de naturaleza curiosa recorrió Oriente Próximo lo que le posibilitó entrar en contacto con las dispersas tribus árabes y trabar conocimiento geográfico y cultural de la región.
Con el estallido de la Gran Guerra fue reclutado por el ejército británico donde alcanzó el rango de coronel. Aprovechando su experiencia acabó alentando la rebelión del desierto contra un moribundo Imperio Otomano junto al jerife de La Meca Husayn ibn Alí. Su éxito militar más destacado fue la conquista de Aqaba apoyando al emir Faysal, hijo de Alí y futuro rey de Irak.
Su experiencia militar, las aventuras y desventuras vividas en el desierto de Arabia, donde se convirtió en un auténtico beduino, quedaron plasmados en su último libro, los Siete Pilares de la Sabiduría; “En estas páginas no se narra la historia del movimiento árabe, sino la mía dentro de este movimiento. Es un relato de hechos cotidianos, de sucesos insignificantes, de personas sin importancia”.
Después de combatir a los otomanos, sufrir las penalidades del desierto y sobrevivir a incontables peligros, Thomas Edward Lawrence no falleció en el campo de batalla, ni fue derribado por balas enemigas, fue un fortuito accidente de motocicleta el que puso fin a su vida. Un ser complejo y vulnerable, un antihéroe atormentado, que con sus luces y sombres, y a su pesar, acabó convertido en un mito.
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