martes, 19 de noviembre de 2013

LA MUJER EN EL ANTIGUO TESTAMENTO



El Antiguo Testamento es un libro esencialmente dogmático, conocido como Sagradas Escrituras, donde se recoge la historia sagrada del pueblo de Israel y su relación con Dios. A pesar de su contenido básicamente religioso, también se trata de una importante fuente histórica para conocer las formas de vida de los pueblos del Próximo Oriente durante la Antigüedad.

Según la Ley de Israel la mujer soltera estaba bajo la tutela de su padre y la mujer casada estaba bajo la tutela de su esposo. El divorcio únicamente se le concedía al hombre. Así, la mujer estaba relegada a una posición social de inferioridad en absolutamente todos los sentidos.

En el Antiguo Testamento, la mujer era considerada como miembro de la “familia de la fe”. Los hombres tenían obligación de comparecer ante el Señor tres veces al año, en ocasiones eran acompañadas por las mujeres, aunque éstas no eran requeridas. Posiblemente, la mujer no tenía obligación de asistir debido al importante deber como madre y esposas.

En cuanto a las ceremonias y ritos religiosos, las mujeres participaban como cantoras (Esdras 2'65) pero nunca podían desempeñar el cargo de sacerdotisa (en ese sentido tampoco hemos avanzado nada, nosotros no claro está, nos referimos a la cúpula de la Santa Iglesia Católica).

Judith Heroína judía que sedujo y emborrachó al general Holofernes, para posteiormente cercenarle la cabeza y liberar a su ciudad, Betania, del asedio asirio.


Débora una madre para Israel.

“Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa mujer de Lapidot” (Jue. 4: 4, 5 )

Débora era una mujer casada que desempeñaba dos cargos o cometidos, uno como profetisa y otro como líder o juez de su pueblo. Por medio de una acción profética, Debora llamó al general israelí Barac, que al frente de 10.000 hombres se enfrentó a una fuerza superior, formada por carros cannanitas.


Ester de huérfana a reina. Una hermosa judía que quedó huérfana a edad temprana, siendo adoptada por su primo Mardoqueo. Su historia se narra en el Libro de Ester. Se casó con Asuero y se convirtió en Reina de Media y Persia. Al parecer su nombre significa; la más bella estrella de la noche.

Sara y Agar. Madres de Isaac y de Ismael respectivamente. Abuelas de israelitas e ismaelitas; dicho en términos religiosos, de judíos y musulmanes.

Rebeca. Abraham, el patriarca del pueblo hebreo, envió al jefe de sus sirvientes Eliecer, a buscar una esposa, que no fuera cananea, para su hijo Isaac. Eliecer, impresionado por la amabilidad de Rebeca, regresó convencido de haber cumplido con la petición de su señor. Rebeca se convirtió en esposa de Isaac y en madre de los gemelos Esaú y Jacob. Según una tradición Rebeca está enterrada en la Cueva de los Patriarcas en Hebrón.

Raquel. Hija de Labán, prima y segunda esposa de Jacob. Madre de los hijos más pequeños de patriarca, José y Benjamín, al que dio a luz antes de morir. En las afueras de Belen, en el camino a Efrata, el enamorado Jacob enterró a Raquel. Cada año, miles de turistas visitan la tumba de Raquel.


Dalila. Símbolo de todas las maldades que encierra dentro de sí una mujer y de la capacidad para conseguir mediante malas artes todo aquello que se proponga. Los filisteos, enemigos acérrimos de Israel, cansados de ser derrotados por éstos, pidieron a la hermosa Dalila, que enamorase a su campeón Sansón y descubriese donde se encontraba su talón de Aquiles. Mediante juegos de seducción y promesas de noches de placeres infinitos, Dalila descubrió donde residía la fortaleza de Sansón, en su cabello. Desvelado el secreto, los filisteos consiguieron capturar a Sansón.

Jael. Menos conocida que Judith, Jael también derrotó al que parecía invencible en el campo de batalla. Yavhé guió la débil mano de una mujer, que asió una estaca de madera y atravesó las sienes de Sisara, cruel opresor del pueblo de Israel.

Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Hebercenero; entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea” (Jueces 5:24).

Reina Atalía Una de las pocas mujeres gobernantes que ha tenido el pueblo judío. Hija de Ajab de Israel y Jezabel, princesa de Tiro, mediante matrimonio con Joram, se convirtió en reina consorte. A la muerte de su esposo y también de su hijo Ocozías, se hizo con el poder. Durante su reinado toleró el culto al Baal, decisión que le granjeó la enemistad del poderoso sacerdocio de Yahvé. Tras una rebelión Atalía fue capturada, ejecutada y el templo de Baal destruído.


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