Carcastillo, en la merindad navarra de Tudela, es una de las entradas a las Bárdenas Reales en su parte más septentrional. A medio día, con el Sol brillando en lo más alto del firmamento, los buitres leonados, sobrevuelan la pequeña localidad.
La población de Carcastillo vincula su historia al cercano monasterio cisterciense de La Oliva. Los monjes llegaron hasta las Bárdenas buscando el Silencio.
Carcastillo, acostumbrada desde siempre, a la visita de los pastores trashumantes que llegaban desde las altas cimas de los Pirineos, ahora recibe a todo aquel que se aventure en el inhóspito y sobrecogedor desierto de las Bárdenas.
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