Por un prado,
cabalgaba
Don Quijote de
barba y gabán.
Y las cabras
entonando
sus canciones
de amor y paz.
Su caballo
Rocinante
no tenía
rienda ni bozal.
Y su amigo
Sancho Panza,
proclamaba la
guerra parar.
Bajo el aspa
de un molino
Don Quijote se
puso a cantar.
Y el fusil
quebró de un tiro
la guitarra
que solía tocar.
La guitarra se
hizo río,
y las aguas se
hicieron cristal.
El fusil murió
de frío
y Don Quijote
volvió a cabalgar.
Por un prado,
cabalgaba . . .
Y proclamaba
la guerra parar . . .
Alma y Vida.
1972.
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