Las masas continentales se reúnen
en el mismo lugar para formar el supercontinente Pangea, unos
pequeños reptiles comienzan a prepararse para convertirse en los
enormes dinosaurios (que en un futuro proliferarían en todos los
ecosistemas del planeta), mientras que otros animalitos de sangre
caliente, predecesores de los mamíferos, comienzan a dar sus
primeros pasitos. Todo esto aconteció durante el período Pérmico.
El Pérmico (290 – 250 millones
de años) es el último período de la Era Paleozoica y su
nomenclatura guarda relación con una región rusa llamada Perm,
lugar donde se acumula gran cantidad de materiales de esta época.
A la altura de la línea
ecuatorial se acumulan la mayoría de las masas terrestres, y tras la
colisión de Gondwana con las tierras del Norte surgió el
supercontinente Pangea. Esta etapa, desde un punto de vista
geológico, se caracterizó por una agitación generalizada de la
corteza, emergiendo continentes de debajo de los mares poco profundos
del Carbonífero, la elevación de sistemas montañosos, como
Apalaches y Urales, y la formación del futuro mar de Thetys.
A comienzos del Pérmico la
tierra estaba saliendo de una era glaciar y hacia mitad del periodo
las temperaturas se hicieron más cálidas, y el interior de los
continentes se volvió más seco, desarrollándose un clima de tipo
continental.
En los primeros momentos del
Pérmico continua dominando la flora del Carbonífero (período
precedente) pero las condiciones climáticas secas y cálidas
favorecieron a las gimnospermas frente a las plantas de esporas como
los helechos. A mediados del periodo surgen lasa primeras plantas
modernas; ginkgos, coníferas y cicadáceas.
En este acogedor ambiente vegetal
los animales continúan creciendo y multiplicándose. Se produce la
rápida evolución y expansión de los reptiles que se estaban
preparando para dar el gran salto en el Mesozoico, transformándose
en los grandes dinosaurios. En los depósitos marinos abundan
moluscos, equinodermos y los ammonites, ampliamente distribuidos,
serán utilizados como fósiles guías del Pérmico. Aparecen nuevos
grupos de insectos – coleópteros y dípteros – los anfibios
campan a sus anchas mientras surgen los ancestros más antiguos de
los mamíferos.
Al final del Pérmico se
desencadenará una catástrofe que provocó la mayor extinción en la
historia del planeta, se calcula que desaparecieron más del 90% de
las especies conocidas. Esta hecatombe biológica supuso la
desaparición de la gran mayoría de los invertebrados marinos,
incluidos los entrañables trilobites. En tierra firme consiguieron
sobrevivir algunos grupos de helechos, aunque nunca volvieron a
dominar los ecosistemas (como habían conseguido durante el
Carbonífero). Se extinguieron, además, algunos grupos de anfibios y
reptiles, demasiado frágiles para superar cambios traumáticos.
Con la extinción masiva del
Pérmico cae definitivamente el telón del Paleozoico. Un nuevo
tiempo estaba presto; el Mesozoico.
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