Ur
Nammu (2111 – 2003 a.C.) antiguo gobernador de Uruk creó un
imperio y fundó la tercera dinastía de Ur (Ur III) considerada
heredera legítima de los antiguos linajes sumerios englobados bajo
los nombres de Ur I y Ur II.
La
entidad estatal de Ur Nammu traspasó el umbral geográfico de
Mesopotamia por la región de Elam y posiblemente de Siria. En otro
orden de cosas, este Ur Nammu fue el primer príncipe que se intituló
“rey fuerte, rey de Ur, rey de Sumer y de Akad”.
Protagonista
de una sublevación, usurpador del trono o un cierto parentesco con
Utuhegal de Uruk, son las hipótesis tradicionales que tratan de
explicar la asunción del poder por parte de Ur-Nammu. Una vez
sentado en el trono se dedicó a consolidar lo conseguido por su
predecesor, eliminando además cualquier atisbo de amenaza exterior
como hizo con el rey Nammahani de Lagash.
Los
reyes de esta Ur III, con Ur Nammu además buscó enlazar su reinado
con el glorioso pasado sumerio, a través de la identificación con
personajes míticos, como Gilgamesh de Uruk, del que se consideraba
hermano.
A
la faceta militar, Ur Nammu suma su carácter de rey constructor,
como promotor de magnas obras, como un zigurat, además de templos y
santuarios levantados en otras ciudades. Además de Ur, cuya
importancia radicaba en ser la cuna de la dinastía, otras urbes como
Uruk, Nippur o Eridú se fueron convirtiendo en destacados centros.
Se
atribuye a Ur Nammu el “código de reyes” sumerio (o código de
Ur Nammu), anterior en el tiempo al legendario Código de Hammurabi.
Los
otros soberanos, que junto a Ur Nammu formaron la tercera dinastía
de Ur, fueron Shulgi, Amar-Sin, Shu-Sin e Ibbi-Sin.
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