La Iglesia de la Asunción
en Alba de Tormes, que pertenece al Convento de las Carmelitas
Descalzas fundado en 1571 custodia el cuerpo de Santa Teresa, su
célebre brazo incorrupto y una reliquia más sublime; su corazón.
Sobrecogen las reliquias
que con cierta morbosidad, inherente al ser humano y mucho mimo y
salvaguarda, conserva la Iglesia Católica de sus santos, beatos, mártires y demás personajes dignos de estar sentados a la diestra
del Todopoderoso, una forma de culto a los muertos, de intentar
parecernos a ellos (por sus buenas obras). La parte oscura del alma
humana, la que a veces siente más fuerte la Muerte que la Vida, la
que camina entre Tinieblas, se siente fascinada por estos templos
cristianos y la tenebrosidad que encierran.
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