La historia la escriben
los vencedores, pero para vencer es necesario apostar fuerte, luchar con denuedo,
en ocasiones verter sangre, y sobretodo contar con un buen equipo,
como el “Negro” Enrique en la Argentina de Maradona, Michael
Collins en la misión del Apolo 11, Morgan Freeman en cualquiera de
sus películas o John Paul Jones en los míticos Led Zeppelin. Al
igual que todos ellos, Levente fue uno de esos jugadores que ayudan a
vencer a su equipo. Hermano menor de dos reyes húngaros, Andrés I y
Bela I, Levente huyó junto a ellos durante los reinados de Pedro
Orseolo y Samuel Aba. No permanecieron mucho tiempo en el exilio.
Aprovechando la revuelta
pagana y anticristiana capitaneada por Vata, los tres hermanos
regresaron a Hungría y lucharon codo con codo para sentar en su
trono al mayor de ellos, Andrés. Con el éxito acabó también la
colaboración fraternal. Levente se fue distanciando de sus hermanos
con la misma premura que abrazaba el paganismo. Tan profundo
arraigaron los antiguos cultos magiares en el alma de Levente, que
terminó enfrentado al rey que había ayudado a coronar. Cuentan que
Andrés I no pudo someter totalmente a los insurrectos hasta la
muerte de su hermano Levente.
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