6 Situación de la Bética.
Del litoral que arranca del Promontorio Sagrado, una parte señala el comienzo del flanco occidental de Iberia hasta la desembocadura del río Tago y la otra el del flanco meridional hasta otro río, el Anas, con su desembocadura. Uno y otro vienen desde la zona de Levante, pero el primero va a dar directamente a Occidente y es mucho mayor que el Anas, mientras que éste se desvía en dirección Sur, delimitando la tierra entre ríos que ocupan en su mayor parte celtas y algunos lusitanos deportados por los romanos de allende el Tago. En las regiones del interior viven carpetanos, oretanos y numerosos vetones. Ese país es moderadamente próspero, pero el que viene a continuación, situado al Sureste, no permite hipérbole se se lo compara con todo el mundo habitado, gracias a su fertilidad y a los bienes de la tierra y el mar. Esa región es la que recorre el río Betis, que tiene su nacimiento en los mismos parajes que el Anas y el Tago, y que por su tamaño se encuentra en medio de estos dos. Del mismo modo que el Anas, corre al principio en dirección Oeste, volviéndose luego hacia el Sur y desembocando en la misma costa que él. A la región la denominan Bética por el río y Turdetania por sus habitantes, y a los que en ella viven los llaman turdetanos y túrdulos, que unos creen que son los mismos y otros que son distintos, y entre los últimos se cuenta Polibio, que dice que los túrdulos son vecinos de los turdetanos por la parte Norte; pero actualmente no parece haber entre ellos ninguna separación. Éstos son los tenidos por más cultos de entre los iberos, puesto que no sólo utilizan escritura, sino que de sus antiguos recuerdos tienen también crónicas históricas, poemas y leyes versificadas de seis mil años, según dicen. También los otros pueblos iberos utilizan escritura, cuyos caracteres no son uniformes, como tampoco es una la lengua. Esta región de más acá del Anas se extiende en dirección Este hasta Oretania y en dirección Sur hasta la costa comprendida entre la desembocadura del Anas y las Columnas. Acerca de ella, así como sobre las tierras vecinas, es preciso tratar más por extenso todo aquello encaminado a dar a conocer la bondad natural y la riqueza de los lugares.
7 La zona del Estrecho.
Desde esta costa en la que desembocan el Betis y el Anas y desde los confines de Maurusia hacia el interior, el Mar Atlántico penetra y configura el Estrecho de las Columnas, por el que el Mar Interior se une con el Exterior. Hay allí un monte que pertenece a los iberos llamados bastetanos, a los que también llaman bástulos, el Calpe, no muy grande si se atiende a su perímetro, pero tan alto y escarpado que de lejos parece como una isla. Para los que navegan desde el Mare Nostrum, hacia el Mar Exterior queda éste por consiguiente a la derecha, y junto a él, a cuarenta estadios, está la ciudad de Calpe, antigua y digna mención, que fue en tiempos puerto marítimo de los iberos. Algunos sostienen que también ella fue fundada por Heracles, entre los cuales se cuenta Timóstenes, quien afirma que antiguamente incluso tenía por nombre Heraclea y que mostraba una gran muralla y dársenas.
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