jueves, 11 de abril de 2024

VILLA SABOYA, LECORBUSIER Y LOS CINCO PUNTOS PARA UNA NUEVA ARQUITECTURA.

 




La Villa de Saboya (1929) encarna los ideales de la arquitectura funcionalista y sintetiza los “Cinco puntos para una nueva arquitectura” un manifiesto arquitectónico firmado por LeCorbusier y su colaborador Pierre Jeanneret.



♠ Soportes. Los pilares de hormigón elevan la zona habitable como si fuera un palafito, aislando la vivienda del suelo y dejando libre parte de la planta inferior. El espacio que queda debajo de ellos se aprovecha para zonas verdes y de ocio. El jardín y la calle pueden tener un trazado independiente, con lo que se eliminan las humedades y los puntos oscuros.





♠ Tejado funcional. Las cubiertas se conciben como un espacio en expansión que aprovecha toda la superficie del edificio. Este tejado cumple función de terraza y jardín, constituyendo así, y en palabras de LeCorbusier, “uno de los sitios preferidos de toda la casa”.





♠ Libre estructura de la planta. El espacio interior se libera debido a que la estructura se sustenta en pilares. No hay muros de carga, sino únicamente tabiques, que se distribuyen de forma independiente respecto a los elementos sustentantes. Esto hace posible que cada plante se desarrolle de forma autónoma.



“[...] el sistema de apoyos soporta los pisos y sube hasta el tejado. Los tabiques se colocarán según las necesidades, con lo cual ningún piso se corresponderá con el otro. Se acabaron las paredes maestras, quedando solo membranas de un espeso voluntario. Consecuencia de esto es la absoluta libertad en la estructuración de la planta”. (LeCorbusier).




Fachada libre de elementos sustentantes. De esta manera la fachada se adapta a las necesidades de cada piso y además se multiplican las estructuras acristaladas. El edificio adopta, entonces, un aspecto delicado y liviano.



“[. . . ] Como el suelo de los pisos avanza sobre los puntos de apoyo en todo el edificio, toda la fachada sobresale del esqueleto que soporta. Pierde, por consiguiente, su cualidad de soporte y las ventanas, pueden distribuirse a voluntad, sin tener en cuenta el reparto interior” (LeCorbusier).



Ventanas longitudinales y corridas, que proporcionan luminosidad y ventilación, además de una sensación de mayor amplitud de los espacios. A través de los ventanales el interior de llena de una agradable luz natural, creando un ambiente acogedor y confortable.





Villa Saboya un edificio que establece una tensión entre la integración con el entorno y la diferenciación con respecto a el. De esta manera la casa se erige como hito monumental sobre el jardín, distinguiéndose de el tanto por las formas, como por el cromatismo. Una máquina para habitar, como concedía LeCorbusier a la vivienda, que constituye un auténtico tratado teórico-práctico sobre arquitectura moderna.


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