sábado, 24 de abril de 2021

ODÍN, EL CAMINANTE.


Por los viejos senderos que atraviesan los profundos y húmedos bosques de Germania y Escandinavia, que conducen a recónditas aldeas rodeadas de árboles enormes y a los pequeños pueblos y embarcaderos, levantados a orillas de un fiordo o una había, transita un misterioso caminante. Viste abrigo y capa, cubre su cabeza con un sombrero de ala ancha y porta un poderoso bastón. Disfraza su auténtico rostro con una larga barba, esconde su verdadera naturaleza, inmortal y divina, a los sencillas ojos de los mortales. Bajo la piel del misterioso caminante se oculta el dios Odín.

Odín, también conocido como Wotam, señor de Asgard, dios de la sabiduría y la guerra, también de la poesía, la adivinación y la magia, se desplaza con sigilo por los caminos de Midgard. Cualquier vagabundo o peregrino se puede topar con él.

Vagabundo errante y chamán. Odín es un viajero empedernido que se mueve por los caminos de la Tierra, pero también explora su interior. Todo viaje es, en esencia, transformación. Odín el tuerto sacrificó su ojo izquierdo en el Pozo de Mimir a cambio de la sabiduría infinita (anhelo eterno del ser humano). El Odín chamán se colgó de Yggdrasil para desentrañar el secreto de las runas.

Inspirados por sus dioses, también los hombres iniciaron sus peregrinaciones, cargadas de connotaciones mágicas y religiosas. Los antiguos vikingos, que rendían culto a Odín, peregrinaban en vida al santuario de Gamla Uppsala, y en la muerte, a Valhalla.

Odín el Caminante solía pedir alojamiento y comida. En virtud de las ancestrales leyes de la hospitalidad, solicita hospedaje tanto a grandes reyes como a humildes campesinos. Al caer la noche y después de la cena, embaucará a sus anfitriones con maravillosas narraciones. Hubo un tiempo en que cualquier caminante que solicitase hospitalidad era bien recibido, por temor a que se tratase del dios.

El Odín amante aprovecha estos viajes para seducir a hermosa mujeres (y de paso incrementar su prole), como la giganta Rind, la diosa cazadora Skadi (de cuyo nombre tal vez derive el de Escandinavia) o Gunnlod, que custodiaba en una caverna el hidromiel de la poesía. El fruto de esta última unión carnal fue Bragi, el dios de los bardos.

Recuerda peregrino, en cualquier sendero del ancho mundo, podrás encontrarte con Odín, el Caminante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...