Aún no pica el Sol, y ya hemos conseguido culminar el ascenso a Mañeru. Un pequeño y hermoso pueblo navarro. Salimos de Puente la Reina a la vera del Arga, para penetrar en un bosque mediterráneo y ascender entre pinos negros. Ya sentimos la Tierra de Estella.
A través de campos de cereales y viñedos nos aproximamos, pasito a pasito, a Mañeru, una pequeña localidad que nos recibe con la torre barroca de su iglesia. La localidad está situada a 5 kilómetros de Puente la Reina, aproximadamente una hora de caminata.
Mañeru se enclava en una de las etapas más bonitas del Camino Francés, la que une Puente la Reina con Lizarra.
Un crucero del siglo XVI se alza a la entrada del pueblo. La Iglesia de San Pedro es una mole barroca, construida en el siglo XVIII, con torre de remate neoclásico.
Sus calles y plazas tienen nombres poéticos, como Fe, Esperanza, Caridad, Luna o Sol. Palacios, con piedras armeras de los siglos XVII y XVIII, época en que la localidad adquirió gran pujanza, lucen sus fachadas en el centro urbano de Mañeru.
Cigüeñas y golondrinas construyen aquí, utilizando diferentes técnicas, el hogar donde criarán a sus vástagos. La blanca cigüeña sobre su torre forma parte del paisaje típico, tópico e idealizado de los pueblos de España.
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