Villaba, Burlada y Pamplona son un continuo urbano, que supone, para el peregrino que llega de caminos rodeado de vegetación, un fuerte contraste con lo que ha venido viendo y viviendo a lo largo del día. Caminamos por el trazado urbano hasta el puente de la Magdalena. Cruzamos el puente, franqueamos uno de las monumentales puertas de la muralla y enseguida nos encontramos en el corazón de Pamplona. Estamos en la primera semana de Julio y ya huele a San Fermín.
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