Junto al Silo de Carlomagno –
o capilla del Espíritu Santo – se ubica la capilla de Santiago, un
pequeño templo gótico del siglo XIII, que funcionó como parroquia
hasta el XVIII. Durante la formación del estado liberal en España,
con las desamortizaciones y la pérdida de poder de la clase
eclesiástica, la capilla fue cerrada al culto.
En el siglo XX se produjo su
resurrección y restauración. Hasta aquí se trajo la campana de
Ibañeta que guiaba a los peregrinos a través de la niebla. Cada 15
de agosto se abre la capilla y se recita el Cantar de Roldán.
Curiosamente es el único edificio de Roncesvalles que rememora el
culto al apóstol Santiago (por otra parte, razón de ser de la
existencia mismas del enclave).
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