Los
romeros que venían (y siguen viniendo) por la Chemin st. Jacques,
caminado desde Saint Jean le Viux (y áun más lejos) entraban en
Saint Jean Pied de Port por la Puerta de Santiago (sobra la
aclaración de su nombre), situada en la parte alta de la ciudad,
pasando a continuación a la calle de la Ciudadela.
Aquí
aguardaban a los peregrinos los guardianes, para exigir, garrote en
mano, el portazgo.
“...
en el pueblo llamado Saint Jean Pied de Port se hallan unos malvados
portazgueros, los cuales totalmente se condenan; pues saliendo al
camino a los peregrinos con dos o tres dardos cobran por la fuerza
injustos tributos. Y si algún viajero se niega a darles los dineros
que le han pedido, le pegan con los dardos y le quitan el censo,
insultándolo y registrándole hasta las calzas”.
Códice
Calixtino.
Una
vez pagado el portazgo (por las buenas o por las malas) y atravesado
el umbral de la puerta, los agotados peregrinos buscaban cobijo y un
plato caliente de comida. Los hosterías más lujosas alojaban a los
más pudientes, mientras que los que carecían de recursos
encontraban un lugar cómodo para descansar en el hospital de Santa
María situado al final de la calle de la Ciudadela. En este siglo
XXI San Jean Pied de Port sigue siendo una etapa jacobea muy
concurrida. Eso sí, no es necesario pagar ningún portazgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario