En la tranquila costa de
Montenegro, Sveti Stegan, un pequeño y tranquilo pueblo de
pescadores del siglo XV, un islote unido al continente mediante un
estrecho istmo, fue transformado a partir de 1950, después de
invitar a los habitantes a abandonar sus casas, en un hotel
exclusivo. Supongo que el enclave lleno de lujos y apartado del mundo
sería para uso y disfrute de los jerarcas del Partido Comunista
Yugoslavo. Una vez que se levantó el Telón de Acero pudo pasar el
capitalismo.
Un lugar para escapar,
el mar, anhelo eterno de libertad.
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