"Hay cuatro leyendas
referidas a Prometeo. Según la primera, fue encadenado al Cáucaso por
haber revelado a los hombres los secretos divinos, y los dioses mandaron
águilas a devorar su hígado, que se renovaba perpetuamente.
Según
la segunda, Prometeo, aguijoneado por el dolor de los picos
desgarradores, se fue hundiendo en la roca hasta hacerse uno con ella.
Según
la tercera, la traición fue olvidada en el curso de los siglos. Los
dioses la olvidaron, las águilas la olvidaron, él mismo la olvidó.
Según
la cuarta, se cansaron de esta historia insensata. Se cansaron los
dioses, se cansaron las águilas, la herida se cerró de cansancio.
Quedó el inexplicable peñasco.
La leyenda quiere explicar lo que no tiene explicación. Como nacida de una verdad, tiene que volver a lo inexplicable".
Franz Kafka en Cuentos Fantásticos.
El titán Prometeo, castigado por los dioses es encadenado a las imponentes cumbres de la cordillera del Cáucaso, donde cada dia, para su suplicio, antes del atardecer, un aguila de enormes proporciones se precipitaba sobre él para devorarle las entrañas, pero, dada la naturaleza inmortal de Prometeo, a la mañana siguiente todas sus heridas estaban cicatrizadas, a la espera de que nuevamente el aguila se arrojase sobre su cuerpo. Víctima de un castigo atroz por haber desafiado a los dioses hubiese sido así hasta el fin de los tiempos, si no llega a ser liberado por otro de los grandes héroes, el semidios Hércules (o Heracles). El cuadro "Prometeo Encadenado" de Peter Paul Rubens y las palabras de Kafka son tan solo dos botones de muestra, de como los mitos griegos, han inspirado y seguirán haciendolo, a todo clase de artistas.
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