En las ribereñas e inhóspitas tierras aledañas al Ponto Euxino - mar Negro - habitaban los mosinecos, vecinos de cálibes, tibarenos y macrones. Jenofonte, "el de la expedición de los Diez Mil", cuenta que no encontró a gente más incivilizada y salvaje en todo su interminable camino de vuelta a casa. Se alimentaban, además de la caza, de un áspero pan de castañas, manjares para los bárbaros, pero auténtica pestilencia para los civilizados, y estirados, helenos.
"los que tomaron parte en la expedición decían que éstos eran los más bárbaros que habían encontrado en su recorrido y los más diferentes de las costumbres griegas"
Jenofonte. Anábasis V, 4,34
"los que tomaron parte en la expedición decían que éstos eran los más bárbaros que habían encontrado en su recorrido y los más diferentes de las costumbres griegas"
Jenofonte. Anábasis V, 4,34
Su nombre parece que procedía de las torres de madera que construían, desde las que hostigaban a los forasteros, y donde paraban la mayor parte de sus vidas.
La más alta de todas las torres era la del rey, cuyo cargo era electivo, pero si faltaba a sus obligaciones, se le condenaba a morir de hambre.
"Su rey, por otro lado, está sentado en las más alta
mosina,
y dicta allí rectas sentencias a un grupo de gente
numeroso:
¡infeliz! pues si acaso se equivoca alguna vez
dictando su sentencia,
aquel día lo mantienen encerrado castigándolo con
hambre".
Apolonio de Rodas. Argonáuticas
"Su rey, por otro lado, está sentado en las más alta
mosina,
y dicta allí rectas sentencias a un grupo de gente
numeroso:
¡infeliz! pues si acaso se equivoca alguna vez
dictando su sentencia,
aquel día lo mantienen encerrado castigándolo con
hambre".
Apolonio de Rodas. Argonáuticas
"Algunos viven sobre los árboles o en pequeñas torres, y por eso los antiguos los llamaron mosinecos, pues llamaban a las torres mosines. Viven de la caza y de frutos de cáscara dura, y atacan a los caminantes saltando desde sus armazones de madera".
Estrabón, XII, 3. 18.
A los mosinecos también los cita Heródoto formando parte del numerosos contingente de tropas, que al mando del rey persa Jerjes, intentaron conquistar Grecia.
"Los tibarenos, los macrones y los mosinecos iban equipados como los moscos. He ahí, por orden, sus comandantes: Ariomardo, hijo de Darío y de Pamis, la hija de Esmerdis (el hijo de Ciro), lo era de los moscos y de los tibarenos; de los macrones y los mosinecos lo era Ataictes, hijo de Querasmis, el gobernador de Sesto, en el Helesponto"
Heródoto VII, 78.
Según nos cuenta Jenofonte, los mosinecos utilizaban la carne de delfín salada y un pan, a base de castañas, como principales alimentos.
"Los griegos, al saquear las plazas fuertes, encontraban en las casas depósitos de panes amontonados que se transmitían de padres a hijos, según contaban los mosinecos, y trigo nuevo guardado con la paja. La mayor parte era espelta. También encontraban en las ánforas lonchas de delfín en salazón y, en vasos, grasa de delfín, que los mosinecos utilizaban como los griegos el aceite de oliva. En los graneros había muchas nueces lisas, sin ninguna hendidura (castañas). Éste era su alimento principal, que hervían y cocían como pan. Se encontraba también vino que, sin mezclar, parecía agrio por su aspereza, pero mezclado, resultaba aromático y dulce".
Jenofonte. Anábasis V, 4, 27-29
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