martes, 20 de octubre de 2020

SESOSTRIS III, Y EL APOGEO DEL IMPERIO MEDIO.

 


Su nombre es indicativo de su grandeza, Jakaure Sesostris es “Que aparece como las ka de Ra” y es que estamos ante uno de los reyes más destacados de todo el Imperio Medio. Su nombre aparece compuesto por la temible leona Sejmet y por la apacible diosa Hathor. Para Christian Jacq el reinado de Sesostris III, quinto monarca de la dinastía XII, marca todo el Imperio Medio. Constructor, conquistador y legislador, mil años después de su reinado, aún recibía homenaje en el más recóndito rincón de Egipto. La fama de Sesostris III fue tal, que hasta el viajero griego Heródoto oyó hablar de su reinado.

Se conocen más de cien estatuas de este rey, representado de mayor y provisto de grandes orejas. A pesar de ciertas efigies de Sesostris joven, nadie duda de que nació viejo, grave y plenamente consciente de la amplitud de sus inmensas responsabilidades. Portador de una potencia que debe dominar en todas las circunstancias, escucha y oye todo gracias a sus orejas, de unas dimensiones notables. Encarnación ideal del sabio, este faraón no descuida nada y se preocupa, día y noche, de la felicidad de su pueblo. Por eso la fatiga ha demacrado su rostro, sin que emita la más mínima protesta. En él, el rey ha devorado al hombre, y sólo cuenta la función.

Los Sabios del Antiguo Egipto.

Christian Jacq.


Sesostris III es uno de los faraones de los que más información tenemos, tanto de su reinado, como de él mismo. Los viajeros grecorromanos quedaron impresionados por lo que oyeron hablar sobre él. Su largo reinado (1878 – 1848) permitió a Sesostris III, llevar a cabo la totalidad de los proyectos y reformas que inició.

En su faceta militar destacan sus campañas militares en Palestina contra los asiáticos y contra Nubia, a los que trató con excesiva dureza. Sesostris III edifica o amplía trece fortalezas entre Elefantina y Semna, en el extremo meridional de la segunda catarata. A pesar de la dureza con la que trató a los nubios, su administración en este país hubo de ser muy apreciada, pues este faraón fue adorado como un dios en Nubia hasta muchos siglos después de su muerte. La poderosa diosa Sejmet guía brazo ejecutor y el faraón encabeza su ejército.

El Sesostris III estadista organizó la administración en tres provincias bajo la supervisión de un visir de confianza, Bajo Egipto, Alto Egipto y Elefantina. En ese sentido su labor administrativa supuso un giro con respecto a períodos anteriores. Aleccionado por la crisis que había caracterizado los últimos años del Imperio Antiguo, el faraón Sesostris suprimió los abusivos privilegios de los que gozaban algunas grandes familias. Los jefes provinciales quedaron sometidos a la autoridad real. Severo y tajante, Sesostris supo mostrarse suficientemente diplomático como para evitar conflictos que podrían haber conducido a revueltas locales (Christian Jacq).

En el interior de un bosquecillo, cerca de Tebas, Sesostris edificó un templo de regeneración, en el lugar donde se hallaba desde muy antiguo un santuario consagrado al dios Osiris. Dos cerrillos ovoidales se correspondían a las fases de la resurrección y marcan las etapas de los misterios que permitían el acceso a la Vida Eterna (obsesión de los faraones).

Sin ningún género de dudas, el reinado de Sesostris III es uno de los más importantes, como ya hemos señalado, del Imperio Medio. Su fama de conquistador y administrador ha llegado, prácticamente, hasta nuestros días. No obstante los historiadores que más han profundizado en su figura no terminan de ponerse de acuerdo, pues a pesar de la cantidad de fuentes que alaban sus hazañas en el campo de batalla, no termina de quedar claras ni las causas, ni el verdadero alcance de sus empresas. Esta circunstancia es debida a la naturaleza mismas de las fuentes escritas egipcias contemporáneas, dedicadas a engrandecer la figura de su soberano.


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