La monarquía egipcia sufrió su
primera gran crisis ya que los poderosos nomarcas consiguen escapar
del control del faraón, escindiéndose el estado egipcio.
Coexistirán un reino en el norte con capital en Heracleópolis y
otro en el sur en torno a la ciudad de Tebas. Este periodo abarca las
dinastías VII-VIII-IX y X, que llegan a superponerse en el tiempo,
pues mientras en Tebas gobernaba la dinastía XI, en el Bajo Egipto
aún reinaba la dinastía X.
Los
egipcios a quienes toco vivir los ultimos años de la Dinastia V,
marcados por la esplendorosa civilizacion del Imperio Antiguo, no
eran sin duda conscientes de que esta tocaba a su fin. La sensacion
de inmutabilidad y de perennidad que emana de la misma, avalada
ademas por los casi 350 anos que van de comienzos de la Dinastia III
a finales de la V, no facilitaba desde luego la comprension de la
principal ley historica que es su constante movimiento. Sin embargo,
los sintomas de la decadencia que llevaria a la crisis del Estado
eran cada vez mas numerosos, pero no parecen haber alarmado a nadie.
Tambien hay que reconocer que era la primera vez en la Historia que
eso sucedia, y que los egipcios carecian de la mas minima experiencia
al respecto.
Sea
como sea, los egiptologos consideran a la Dinastia VI como la ultima
del Imperio Antiguo, y convencionalmente se acepta que este dura
hasta el final de la dinastia, si bien se hace dificil aceptar que el
reinado de sus ultimos epigonos tras el de Fiope II corresponda aun a
dicho Imperio. Con el advenimiento de la controvertida dinastia VII
se hace empezar el Primer Periodo Intermedio, el cual se divide a su
vez en dos epocas claramente diferenciadas. La primera corresponde a
las dinastias VII y VIII, que de una forma u otra senalan la
defuncion entre violentos estertores de la monarquia
menfita. La segunda corresponde a las dinastias IX y X y
es la denominada epoca heracleopolitana, ocupada por una monarquia
que tuvo su capital en Heracleopolis, la cual, desde el punto de
vista historico, actuo como puente entre la extinta monarquia menfita
y la monarquia tebana que nacio con el Imperio Medio.
Josep
Padró.
Historia
del Egipto Faraónico.
Durante este Primer Periodo
Intermedio, la flamante monarquía egipcia sufrió su primera crisis
grave, pero grave de verdad. Las causas de esa crisis y decadencia
son varias: las excesivas cargas para mantener toda la parafernalia
del culto funerario, las exenciones de las que disfrutaban nobles y
sacerdotes, y el creciente poder de estos últimos.
La descomposicion del poder
de la monarquia y la imposibilidad de la aristocracia por hacerse con
el de una forma estable a comienzos del Primer Periodo Intermedio en
la zona urbana de Menfis ocasiono una revolucion social en la capital
que parece haber propiciado, de forma efimera, una especie de
gobierno de caracter democratico o, como minimo, colegiado. Este tipo
de gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo, pero dejo su huella
indeleble en la monarquia heracleopolitana.
Josep Padró
Historia del Egipto Faraónico
En un periodo inestable se
suceden faraones sin ton ni son, según Manetón la dinastía VII
tuvo 70 faraones, en 70 días, una forma, un tanto poética, de
señalar que la posición de los reyes era muy débil. La dinastía
VIII la formaron descendientes de la dinastía menfita, aunque apenas
conocemos el nombre de unos pocos faraones.
Las siguientes dinastías, IX y
X, ubicaron su capital en Heracleópolis Magna. El paso de una a otra
dinastía se produjo cuando Áctoes, nomarca de Heracleópolis,
derrocó a Neferikare. El país entró en una etapa de decadencia,
sin expediciones militares ni intercambios comerciales.
Los nomarcas pelearon por
consolidar su poder, como Anjtifi de Hieracómpolis, que consiguió
dominar Edfu durante el reinado de Neferkare VIII o los nomarcas
Inyotef de Tebas que demostraron sus intenciones de dominar todo el
país.
Hacia 2133 otro nomarca de
Tebas, Mentuhotep I, declaró unilateralmente su independencia, dando
inicio a una guerra civil. La frontera entre ambas facciones se
encontraba en Tinis. El período, y la guerra, acabó cuando
Mentuhotep II logró reunificar Egipto. Este Mentuhotep II es
considerado el fundador del Imperio Medio.
La práctica ausencia de
documentos de la época hace realmente complicado conocer la vida
cotidiana de los egipcios durante el Primer Período Intermedio. Las
excavaciones en la ciudad de Heracleópolis, convertida en capital y
centro urbano destacado, las tumbas de los altos funcionarios y las
referencias de unos pocos textos literarios ayudan a comprender un
poco más de este período.
Egipto
conocio una sociedad urbana extremadamente avanzada durante el
Imperio Antiguo, e igual que Grecia vio debilitarse una monarquia
originariamente divina para dar paso a una aristocracia cada vez mas
poderosa durante las dinastias V y VI. Los abusos de esta
aristocracia, a su vez, abocaron a la revolucion social que se
produjo al final de la Dinastia VI. Herencia de esta revolucion fue
sin duda el fuerte arraigo de nociones como justicia y equidad
social, asumidas incluso como hemos visto por la nueva monarquia
heracleopolitana. ¿Realmente no hubo democracia? La importancia
atribuida a la oratoria, la admiracion sentida por ella y la
enumeracion de los peligros o ventajas que se pueden derivar de su
uso parecen indicar lo contrario; y ya hemos visto que la Dinastia
VII de Maneton, con sus setenta reyes reinando setenta dias, podria
enmascarar precisamente algun tipo de consejo o de organo colegiado
de gobierno integrado por los dirigentes de la revolucion menfita.
Evidentemente, todo esto no pasan de ser especulaciones, pero nos
parecen justificadas dada la importancia del tema.
Recordemos,
al respecto, que segun Aristoteles solo existen tres tipos de
regimenes politicos, la monarquia, la aristocracia y la democracia,
los cuales se sucedieron precisamente por este orden en la antigua
Grecia. Si en la Menfis de comienzos del Primer Periodo Intermedio el
rey habia sido expulsado, la monarquia suprimida y la aristocracia
desposeida, ¿que regimen, por efímero que fuese, habia? ¿A quien
representaban los dirigentes revolucionarios integrantes probables de
la Dinastia VII manetoniana? ¿Fue este un simple periodo de anarquia
como se ha repetido demasiadas veces, o fue algo más que eso?
Preferimos dejar esta pregunta, simplemente planteada, sin respuesta.
De
todos modos, la democracia en la Antiguedad solo era posible en el
marco de la ciudad-estado, y resulto en cambio del todo incompatible
con el Estado territorial: de nuevo Grecia es un cruel ejemplo de
ello. Por consiguiente, hubiese o no existido democracia en Menfis o
en alguna otra ciudad egipcia, lo cierto es que este tipo de regimen
tenia muy escasas posibilidades de durar en un pais como Egipto, con
una larga historia ya entonces como Estado territorial centralizado;
de modo que el golpe de Estado de Actoes I en Heracleopolis,
proclamando una nueva monarquia, puede ser que frustrase la
experiencia si es que llego a ser, y en todo caso representó el
inicio del regreso a la normalidad politica del país.
La
monarquia encarnada por la dinastia heracleopolitana no podia ya, de
todos modos, ser identica a la vieja monarquia menfita. Los reyes
heracleopolitanos no tuvieron mas remedio que asumir los principales
logros politicos y religiosos del pueblo, aunque fuera para
afianzarse y evitar nuevas revoluciones. Sin embargo, a los reyes
heracleopolitanos y a sus aspiraciones de justicia les salio un
terrible enemigo: los belicosos reyes tebanos de la Dinastia XI,
organizadores de otra monarquia aristocratica de marcado carácter
feudal. La guerra civil entre Heracleopolis y Tebas no fue, pues,
simplemente una guerra entre dinastias: tal vez por ello fue tan
enconada, como suelen serlo las guerras civiles en que cada bando
encarna una posición ideológica contrapuesta. Con la caída de
Heracleopolis hacia el año 2040 antes de Cristo se extinguia una
determinada concepcion de la monarquia, mucho más humana y justa,
heredera en definitiva de la revolucion social, que no tuvo
desgraciadamente tiempo suficiente para consolidarse. Empezaba
entonces el Imperio Medio. Pero nada, en Egipto, volveria nunca más
a ser lo mismo.
Josep Padró
Historia
del Egipto Faraónico.
Las lamentaciones de Ipu-ur,
son un reflejo del confusión tremenda que se apoderó de Egipto
durante esta oscura (por desconocida) etapa de la historia: “¡En
verdad! El País gira (revoluciona) como el torno del alfarero . . .
¡En verdad! El desierto se ha extendido sobre la tierra cultivada”.
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