jueves, 3 de septiembre de 2020

PRIMER PERIODO INTERMEDIO (2260 – 2040 a.C.).




La monarquía egipcia sufrió su primera gran crisis ya que los poderosos nomarcas consiguen escapar del control del faraón, escindiéndose el estado egipcio. Coexistirán un reino en el norte con capital en Heracleópolis y otro en el sur en torno a la ciudad de Tebas. Este periodo abarca las dinastías VII-VIII-IX y X, que llegan a superponerse en el tiempo, pues mientras en Tebas gobernaba la dinastía XI, en el Bajo Egipto aún reinaba la dinastía X.

Los egipcios a quienes toco vivir los ultimos años de la Dinastia V, marcados por la esplendorosa civilizacion del Imperio Antiguo, no eran sin duda conscientes de que esta tocaba a su fin. La sensacion de inmutabilidad y de perennidad que emana de la misma, avalada ademas por los casi 350 anos que van de comienzos de la Dinastia III a finales de la V, no facilitaba desde luego la comprension de la principal ley historica que es su constante movimiento. Sin embargo, los sintomas de la decadencia que llevaria a la crisis del Estado eran cada vez mas numerosos, pero no parecen haber alarmado a nadie. Tambien hay que reconocer que era la primera vez en la Historia que eso sucedia, y que los egipcios carecian de la mas minima experiencia al respecto.

Sea como sea, los egiptologos consideran a la Dinastia VI como la ultima del Imperio Antiguo, y convencionalmente se acepta que este dura hasta el final de la dinastia, si bien se hace dificil aceptar que el reinado de sus ultimos epigonos tras el de Fiope II corresponda aun a dicho Imperio. Con el advenimiento de la controvertida dinastia VII se hace empezar el Primer Periodo Intermedio, el cual se divide a su vez en dos epocas claramente diferenciadas. La primera corresponde a las dinastias VII y VIII, que de una forma u otra senalan la defuncion entre violentos estertores de la monarquia menfita. La segunda corresponde a las dinastias IX y X y es la denominada epoca heracleopolitana, ocupada por una monarquia que tuvo su capital en Heracleopolis, la cual, desde el punto de vista historico, actuo como puente entre la extinta monarquia menfita y la monarquia tebana que nacio con el Imperio Medio.
Josep Padró.
Historia del Egipto Faraónico.

Durante este Primer Periodo Intermedio, la flamante monarquía egipcia sufrió su primera crisis grave, pero grave de verdad. Las causas de esa crisis y decadencia son varias: las excesivas cargas para mantener toda la parafernalia del culto funerario, las exenciones de las que disfrutaban nobles y sacerdotes, y el creciente poder de estos últimos.

La descomposicion del poder de la monarquia y la imposibilidad de la aristocracia por hacerse con el de una forma estable a comienzos del Primer Periodo Intermedio en la zona urbana de Menfis ocasiono una revolucion social en la capital que parece haber propiciado, de forma efimera, una especie de gobierno de caracter democratico o, como minimo, colegiado. Este tipo de gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo, pero dejo su huella indeleble en la monarquia heracleopolitana.
Josep Padró
Historia del Egipto Faraónico

En un periodo inestable se suceden faraones sin ton ni son, según Manetón la dinastía VII tuvo 70 faraones, en 70 días, una forma, un tanto poética, de señalar que la posición de los reyes era muy débil. La dinastía VIII la formaron descendientes de la dinastía menfita, aunque apenas conocemos el nombre de unos pocos faraones.

Las siguientes dinastías, IX y X, ubicaron su capital en Heracleópolis Magna. El paso de una a otra dinastía se produjo cuando Áctoes, nomarca de Heracleópolis, derrocó a Neferikare. El país entró en una etapa de decadencia, sin expediciones militares ni intercambios comerciales.

Los nomarcas pelearon por consolidar su poder, como Anjtifi de Hieracómpolis, que consiguió dominar Edfu durante el reinado de Neferkare VIII o los nomarcas Inyotef de Tebas que demostraron sus intenciones de dominar todo el país.

Hacia 2133 otro nomarca de Tebas, Mentuhotep I, declaró unilateralmente su independencia, dando inicio a una guerra civil. La frontera entre ambas facciones se encontraba en Tinis. El período, y la guerra, acabó cuando Mentuhotep II logró reunificar Egipto. Este Mentuhotep II es considerado el fundador del Imperio Medio.

La práctica ausencia de documentos de la época hace realmente complicado conocer la vida cotidiana de los egipcios durante el Primer Período Intermedio. Las excavaciones en la ciudad de Heracleópolis, convertida en capital y centro urbano destacado, las tumbas de los altos funcionarios y las referencias de unos pocos textos literarios ayudan a comprender un poco más de este período.

Egipto conocio una sociedad urbana extremadamente avanzada durante el Imperio Antiguo, e igual que Grecia vio debilitarse una monarquia originariamente divina para dar paso a una aristocracia cada vez mas poderosa durante las dinastias V y VI. Los abusos de esta aristocracia, a su vez, abocaron a la revolucion social que se produjo al final de la Dinastia VI. Herencia de esta revolucion fue sin duda el fuerte arraigo de nociones como justicia y equidad social, asumidas incluso como hemos visto por la nueva monarquia heracleopolitana. ¿Realmente no hubo democracia? La importancia atribuida a la oratoria, la admiracion sentida por ella y la enumeracion de los peligros o ventajas que se pueden derivar de su uso parecen indicar lo contrario; y ya hemos visto que la Dinastia VII de Maneton, con sus setenta reyes reinando setenta dias, podria enmascarar precisamente algun tipo de consejo o de organo colegiado de gobierno integrado por los dirigentes de la revolucion menfita. Evidentemente, todo esto no pasan de ser especulaciones, pero nos parecen justificadas dada la importancia del tema.

Recordemos, al respecto, que segun Aristoteles solo existen tres tipos de regimenes politicos, la monarquia, la aristocracia y la democracia, los cuales se sucedieron precisamente por este orden en la antigua Grecia. Si en la Menfis de comienzos del Primer Periodo Intermedio el rey habia sido expulsado, la monarquia suprimida y la aristocracia desposeida, ¿que regimen, por efímero que fuese, habia? ¿A quien representaban los dirigentes revolucionarios integrantes probables de la Dinastia VII manetoniana? ¿Fue este un simple periodo de anarquia como se ha repetido demasiadas veces, o fue algo más que eso? Preferimos dejar esta pregunta, simplemente planteada, sin respuesta.

De todos modos, la democracia en la Antiguedad solo era posible en el marco de la ciudad-estado, y resulto en cambio del todo incompatible con el Estado territorial: de nuevo Grecia es un cruel ejemplo de ello. Por consiguiente, hubiese o no existido democracia en Menfis o en alguna otra ciudad egipcia, lo cierto es que este tipo de regimen tenia muy escasas posibilidades de durar en un pais como Egipto, con una larga historia ya entonces como Estado territorial centralizado; de modo que el golpe de Estado de Actoes I en Heracleopolis, proclamando una nueva monarquia, puede ser que frustrase la experiencia si es que llego a ser, y en todo caso representó el inicio del regreso a la normalidad politica del país.

La monarquia encarnada por la dinastia heracleopolitana no podia ya, de todos modos, ser identica a la vieja monarquia menfita. Los reyes heracleopolitanos no tuvieron mas remedio que asumir los principales logros politicos y religiosos del pueblo, aunque fuera para afianzarse y evitar nuevas revoluciones. Sin embargo, a los reyes heracleopolitanos y a sus aspiraciones de justicia les salio un terrible enemigo: los belicosos reyes tebanos de la Dinastia XI, organizadores de otra monarquia aristocratica de marcado carácter feudal. La guerra civil entre Heracleopolis y Tebas no fue, pues, simplemente una guerra entre dinastias: tal vez por ello fue tan enconada, como suelen serlo las guerras civiles en que cada bando encarna una posición ideológica contrapuesta. Con la caída de Heracleopolis hacia el año 2040 antes de Cristo se extinguia una determinada concepcion de la monarquia, mucho más humana y justa, heredera en definitiva de la revolucion social, que no tuvo desgraciadamente tiempo suficiente para consolidarse. Empezaba entonces el Imperio Medio. Pero nada, en Egipto, volveria nunca más a ser lo mismo.
Josep Padró
Historia del Egipto Faraónico.

Las lamentaciones de Ipu-ur, son un reflejo del confusión tremenda que se apoderó de Egipto durante esta oscura (por desconocida) etapa de la historia: “¡En verdad! El País gira (revoluciona) como el torno del alfarero . . . ¡En verdad! El desierto se ha extendido sobre la tierra cultivada”.

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