Como "terneros de mar" eran calificadas las focas durante la Antigüedad, según se desprende de los textos de Plinio el Viejo. Con toda probabilidad, se trata de la foca monje, que hasta no hace mucho, era bastante común en las aguas mediterráneas.
"Los terneros de mar, a los que llaman focas, respiran y duermen en tierra"
Plinio el Viejo.
Historia Natural IX. 19
"[el ternero de mar] Este pare en tierra y expulsa la placenta, como los cuadrúpedos. En el acoplamiento se queda pegado, a la manera de los perros; algunas veces pare más de dos cachorros y los cría sus pechos. No los saca al mar antes de doce días y a partir de ese momento los lleva frecuentemente, para acostumbrarlos. Es difícil matarlos, a no ser que se les aplaste la cabeza. Emiten un sonido similar a un mugido, de donde el nombre de terneros; no obstante aceptan la disciplina y las órdenes verbales, y saludan al público cuando se las manda; al llamarlos por su nombre responden con gruñidos inarticulados. Ningún animal tiene el sueño más pesado. Se arrastran por tierra, en lugar de pies, con las aletas que utilizaban en el mar. Cuentan que sus pieles, incluso cuando han sido arrancadas del cuerpo, retienen la sensación del mar y se erizan al retirarse la marea; que, demás, su aleta derecha tiene un poder soporífero, y que, colocada bajo la cabeza, atrae el sueño."
Historia Natural IX. 41 - 42.
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