Yo, Bernardo,
señor de Albret, deseando la salvación eterna de mi alma, quiero
que sea donada a la Iglesia la suma de 10 000 libras para:
- Todos los albergues y hospitales del Camino de Santiago. Igualmente, como no pude realizar las cinco peregrinaciones prometidas, quiero que las hagan mis hijos.
- Todos los lugares piadosos para que sea destinada a obras de caridad y que sus ejecutores decidan cuál es la mejor manera de emplearla para la salvación de mi alma.
Testamento
medieval, siglo XIV.
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