Aunque la más conocida de todas
fuese Hipatia de Alejandría, existieron en la Antigua Grecia otras
mujeres dedicadas a las ciencias, una de ellas fue Téano. Esta mujer
nacida en Crotona (Magna Grecia) fue la más célebre de las
discípulas de Pitágoras, se casó con el filósofo cuando ya estaba
viejo. A la muerte de su esposo tomó la dirección de la famosa
Escuela, y aunque escribió mucho de matemáticas, física,
astronomía y filosofía sus obras de perdieron. Se cuenta también
que estudió medicina, ocupándose principalmente de enfermedades de
las mujeres.
Pitágoras, un hombre de extrañas
manías, como es profunda aversión por las habas, no era el típico
filósofo machista griego, y sentía profunda admiración por las
mujeres en general y por Téano en particular. En ese sentido dijo
Pitágoras: Escoge a una mujer de la cual puedas decir, hubiera
podido elegirla más bella, pero no mejor.
Cuenta una leyenda que un joven e
inexperto discípulo de Pitágoras quedó prendado por la belleza y
la inteligencia de Téano, y se dirigió al maestro para preguntarle
por la edad de la chica. A lo que el filósofo respondió Teano es
perfecta y su edad es un número perfecto. Necesito más información,
espetó el galán, a lo que añadió Pitágoras: La edad de Teano,
además de ser un número perfecto, es el número de sus extremidades
multiplicado por el número de sus admiradores que es un número
primo.
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