“Luego Dios afligió a Abd
al-Rahman y le sometió a prueba con la batalla en que padeció duro
trato a manos del enemigo de Dios, Radmir, el día 11 del mes sawwal
del año 327, frente a la ciudad de Sant Mankas, en el país de los
cristianos […]. Los musulmanes experimentaron una derrota inaudita
por culpa de un grupo de hombres del ejército de Abd al-Rahman,
envidiosos de los favores que Dios le había acordado. No le
aconsejaron lealmente acerca de la conducción de la lucho. Huyó
abandonando sus campamentos, de los que se apoderó el enemigo y
perdió su Corán y su coraza (…).
Al llegar a Córdoba castigó con
la muerte a 300 hombres, con una proclama que decía: “Este es el
castigo que corresponde a los traidores del Islam”. Más tarde,
Dios le favoreció con victorias sobre los reyes cristianos como no
lo había hecho en beneficio de sus predecesores”.
Ibn Al-Khatib: Kitab amal al-alam,
siglo XIV.
“Abd al Rahman, rey cordobés,
con un gran ejército se acercó con rapidez a Simancas. Nuestro
católico rey Ramiro, al oír esto, dispuso ir allí con un gran
ejército (…). El señor dio la victoria al rey católico en la
segunda feria, muy próxima a la festividad de los santos Justo y
Pastor; de ellos fueron muertos ochenta mil (…).
Los que quedaron se dieron a la
huida, pero fueron aprisionados y aniquilados por los nuestros. El
mismo rey Abd al Rahman escapó semivivo. El rey, ya seguro, se
dirigió en paz a su residencia con una gran victoria. Después
dispuso ir hasta la ribera del Tormes y allí pobló ciudades que
habían sido abandonadas.
Crónica de Sampiro, siglo XI.
Obispo de Astorga.
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