El Eoceno – segunda subdivisión
del Paleogeno – comenzó hace 56.5 millones de años y finalizó
hace 35.4 millones de años. En el Hemisferio Occidental el período
Eoceno trajo consigo el alzamiento de las grandes cadenas montañosas
que se extienden, como una auténtica columna vertebral, desde el
Norte hasta el Sur en el continente americano.
La Tierra vive una época de
convulsiones, Laurasia continua desgajándose y las fuerzas que
generan las frecuentes colisiones continentales que habían comenzado
en el Mesozoico (la era precedente) condujeron al alzamiento de los
sistemas montañosos alpinos y el Himalaya.
Mientras, sobre las llanuras del
noreste de India corrieron ingentes cantidades de basalto fundido al
unirse este subcontinente – recién nacido – desgajado de África
durante el Cretácico, a Asia. En el Hemisferio Sur, Antártida y
Australia, que habían estado unidas después de fragmentarse de Gondwana (en el Mesozoico), se separaron a su vez, y comenzaron a
alejarse una de otra.
La rápida evolución de los
nuevos órdenes de mamíferos, que se inicia en el Paleoceno, siguió
adelante. En Europa y América del Norte aparecieron al mismo tiempo
formas ancestrales del caballo, del rinoceronte y el camello, y otros
grupos modernos como murciélagos, primates y roedores similares a la
ardilla. Muchas de estas criaturas eran muy pequeñas en comparación
con las formas actuales. Los carnívoros de aquella época, los
creodontos, son, o fueron, el tronco común del que evolucionaron
gatos y perros.
El final de esta época fue
testigo de la primera adaptación de los mamíferos a la vida marina, como Ambulocetus.
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