Tras los
gruesos muros de la Ciudadela de Alba Iulia en alemán Karlsburg, en
húngaro Gyulafehérvar, llamada Alba Carolina, queda expuesta, como
un gran museo al aire libre, parte importante de la historia de
Transilvania (y por extensión también de Hungría y Rumanía).
En un
principio fue población dacia llamada Apulon y citada por el
geógrafo Ptolomeo. Tras la conquista de Trajano se convirtió en el
centro urbano más destacado de la provincia dácica. En esta época
fue conocida con el nombre de Apulum y se convirtió en la sede de la
Legión XIII Gémina.
En el siglo
IX, cuando el estruendo de las invasiones parece haber cesado,
aparece en las fuentes como Balgrad, es decir, “Ciudad Blanca”.
Una centuria más tarde fue la capital del príncipe transilvano
Gyula, derrotado por Esteban, el prime rey de Hungría. Desde estos
momentos Transilvania sería una región del Reino de Hungría.
El gran
militar de la Baja Edad Media Janos Hunyadi – enterrado en la
catedral de la ciudad – la utilizó en su época como bastión en
su interminable lucha contra el turco.
Entre 1541 y
1690 fue la capital del Principado de Transilvania. En noviembre de
1599 Miguel el Valiente – Mihai Vitazul - entró triunfante en la
ciudad y se proclamó gobernador de Transilvania. Este voivoda de
Valaquia también consiguió unirse a Moldavia. El 1 de Diciembre de
1918 se proclamó aquí la unión definitiva de Transilvania
(desgajada del Imperio Austro-Húngaro derrotado en la Primera Guerra
Mundial) y Rumanía.
La catedral
ortodoxa frente a la catedral católica. Ambas comparten espacio y
compiten por los fieles.
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